Mercado
Las empresas de alquiler de coches, en plena crisis, piden igualar su IVA al del sector turístico
Quieren pasar del actual 21% al 10%. Se enfrentan a malas expectativas del turismo a medio plazo y a dificultades para la compra de automóviles
Las malas perspectivas turísticas que se avecinan en los próximos meses y la escasez de automóviles nuevos por la falta de semiconductores están colocando a las empresas de alquiler de coches en una difícil posición. Una crisis que está provocando que los empresarios del sector reduzcan sus entregas de vehículos ya utilizados en varios meses de alquiler al mercado de segunda mano. Para hacer frente a esta situación, se pide una reducción del IVA para adecuarlo al tipo que se aplica al sector turístico.
Los datos de este sector indican que las alquiladoras aportarán este año al mercado de VO la mitad de coches que en 2020. En concreto se habla de unas setenta mil unidades y es el resultado de los esfuerzos que están realizando las compañías para asegurar vehículos y garantizar la disponibilidad de flota a sus clientes, dada la reducción de coches que ha sufrido el sector, según datos de Aneval, la asociación que representa a más de la mitad del mercado del rent-a-car.
Una tendencia que seguirá en 2023, con una aportación prevista al mercado de ocasión de 74.835 vehículos, lejos de los 144.824 que llevó al VO en 2020 cuando el rent a car funcionaba a pleno rendimiento. Y es que la escasez de vehículos ha obligado a las alquiladoras a activar varias palancas simultáneamente para paliar un problema de origen global cómo es la falta de coches por la crisis de semiconductores y que puede extenderse hasta 2023. Para hacer frente. Esta circunstancia, una de las medidas ha sido alargar el tiempo que los rent-a-car tienen los coches en propiedad (de media en 9 meses) en lugar de dar de baja a parte de la flota, con el riesgo y coste financiero que supone. También se han renegociado los contratos de pacto de recompra (buyback), dado que el 90% de la flota proviene de ellos.
La incertidumbre económica de cara al otoño, el retraso en la entrega de vehículos por la crisis de los microchips y una menor cuota de turismo internacional de la esperada este verano han llevado a las empresas de vehículos de alquiler a tomar medidas para hacer frente a la crisis que se les avecina. En opinión de las empresas alquiladoras, este verano no está siendo malo, pero se sitúa por debajo de las expectativas iniciales.
La actividad de este sector del rent-a-car está muy ligado al turismo y no está alcanzando todavía las cifras de antes de la pandemia, en parte porque aún no se ha recuperado la flota de vehículos que existía en 2019, lo que ha hecho que se vean limitados en la disponibilidad de coches para servir a los clientes. Hay que tener en cuenta que, en 2020, las empresas tuvieron que reducir su flota en un 70% para cancelar deudas tras el impacto que tuvo la pandemia en la movilidad. Cuando comenzó a reactivarse el sector, pudieron comprar algunos coches, pero los fabricantes se quedaron pronto sin vehículos para la venta debido a la crisis de los componentes, que se vio agravada por la guerra en Ucrania.
El tiempo de espera empezó a alargarse y las entregas se retrasan ya entre 8 y 12 meses, a lo que se une el encarecimiento de los vehículos, de unos 4.500 euros como media, y la incertidumbre económica sobre los próximos meses. Tampoco ayuda la subida de los tipos de interés porque la financiación es fundamental para la adquisición de flotas. Por otra parte, las empresas que pidieron créditos ICO tienen que empezar a pagar ahora estos préstamos, y el alza del precio de la gasolina impacta también en la demanda.
Ante esta situación, el sector ha solicitado al Gobierno una rebaja del IVA. Actualmente los coches de alquiler cotizan al tipo general del 21% y piden que se reduzca al 10 %, que es el tipo al que tributa el sector turístico, al considerar que forman parte del mismo.
Los empresarios del sector han detectado además que este verano las cancelaciones y retrasos de vuelos por huelgas y los problemas en algunos aeropuertos europeos han llevado a muchos turistas a no contratar servicios complementarios, como el alquiler de un coche a la llegada al destino. Los empresarios del sector esperaban un mayor peso del turismo internacional, que es su principal clientela, fundamentalmente del Reino Unido, Irlanda y países nórdicos.
Por otro parte, debido a la carencia de vehículos nuevos, las alquiladoras han recurrido de manera puntual a otros canales de compra como la importación, que este año experimentará un incremento del 32%. Mientras, siguen multiplicando conversaciones con los fabricantes, con el fin de tener visibilidad sobre los plazos de entrega y poder planificar con tiempo, tener producto y garantizar la disponibilidad de flota a sus clientes. La asociación del sector, Aneval pide a los fabricantes que mantengan la misma cuota de mercado de antes de la pandemia, por ser un elemento clave para el sector turístico en España, especialmente para la distribución territorial del gasto. Las compañías de rent a car son un valor estratégico para las marcas al representar el 20% de sus ventas, además de ser una pieza clave en el sistema de distribución de los vehículos. Pero en un momento de falta de producto, los fabricantes prefieren vender sus automóviles a través de canales que dejan un mayor margen económico y que no tienen pactos de recompra.
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