Revolución en Abarth: “la picadura del escorpión” es ahora eléctrica

A principios del año que viene tendremos a la venta esta primera incursión de la radical marca italiana dependiente de Fiat con unas prestaciones auténticamente sorprendentes y que, al menos en aceleración, supera a todos sus predecesores. En la histórica factoría de Lingotto, primera sede de Fiat y mundialmente conocida por su pista oval de pruebas en la azotea de su enorme edificio, se presentaba de la mano de la cúpula dirigente de la marca del escorpión y del mismísimo Miki Biasion (bicampeón histórico en el Mundial de Rallyes con Lancia ) el nuevo modelo de la marca especializada en altas prestaciones del grupo Stellantis.

Tomando como base el Fiat 500 eléctrico, el coche se ha desarrollado con unos parámetros mucho más deportivos para atraer a los amantes de la marca y hacerles partícipes de la sostenibilidad que ofrece la movilidad eléctrica. Estéticamente el frontal tiene ahora personalidad propia y llama la atención el logo de Abarth que preside su imagen y la eliminación de las entradas de aire que poseían sus predecesores de combustión, lo que implica una adopción de un nuevo paragolpes. Lateralmente llaman la atención unas llantas nada convencionales, pero que le dan un aspecto futurista y agresivo, mientras que, en la zaga, lo más evidente es la lógica desaparición de los escapes.

Donde sí se percibe un clima tan agradable como deportivo es en el interior. Asientos tipo baquet, tan cómodos como llamativos y tapizados en materiales de gran calidad, ofrecen al ocupante un aspecto tan agresivo, como atractivo y que puede ser personalizable. Frente a nosotros tenemos un volante muy deportivo y unas pantallas en las que dispondremos además de toda la información y elementos relacionados con la seguridad activa: lector de señales de tráfico, asistente de mantenimiento de carril, control de distancia de seguridad, detector de fatiga, visión de ángulos muertos y todas las exigencias que sugiere la normativa europea en este sentido. Tanto dentro como fuera, el Abarth-e está identificado con unos escorpiones sobre un rayo –por algo es eléctrico- diseñados a base de líneas paralelas, que le confieren una personalidad propia, sin por ello perder nada de su excitante presencia.

Es al volante donde se perciben las diferencias de sus hermanos de motor térmico. Si en el Fiat 500e disponíamos de 118 caballos y se notaban unas prestaciones muy buenas, aquí son 154 los caballos disponibles y además con un fabuloso par motor de 235 Nm, lo que hace que nuestros deseos de sentarnos a los mandos lo antes posible sean intensos. Para ello dispondremos de tres modos de conducción: Turismo, Scorpion Street y Scorpion Track, denominaciones que definen perfectamente sus tres personalidades. A todo ello habría que sumar una autonomía en torno a los 200 a 250 kilómetros, según mediciones de la marca, aunque su mejor baza sea que en un cargador rápido en tan solo 35 minutos podamos obtener un 80% de carga total y unos 50 km en una carga de cinco minutos. Las prestaciones, como decíamos, son espectaculares, pues, aunque su velocidad máxima está limitada a 155 km/h, su aceleración de cero a cien en siete segundos será esencial para transmitir sensaciones de lo más agradables en este aspecto. Estas sensaciones vendrán implementadas con un sistema simulado de reproducción de sonido basado en el de sus hermanos de combustión que suena de maravilla, tanto por dentro como por fuera, pero que permite ser desactivado si deseamos disfrutar del silencio que todo coche eléctrico aporta. Serán dos los colores con los que va a salir al mercado, uno llamado Acid Green, tan llamativo como excitante, y el Poison Blue, no menos llamativo, pero algo más “relajado” a la vista. Para tener uno de estos Abarth-e, que llegarán en junio de 2023, ya podemos apuntarnos a su reserva, teniendo en cuenta que su precio de base será de 43.000 euros, o de algo más si aspiramos a una edición limitada denominada “scorpionissima”, de las que saldrán menos de dos mil unidades, numeradas y con certificación de autenticidad.