CUPRA potencia su Ateca y aumenta su deportividad en todos los aspectos

Desde su nacimiento, Cupra ha marcado diferencias claras con el resto de las marcas del mercado. Incluso aunque sus diseños sean ya conocidos por todos. Como puede ser el caso del Ateca, una carrocería ya muy utilizada por Seat con un producto muy competitivo. Pero Cupra siempre es un escalón superior, tanto en presentación como en equipamientos, nivel de potencia y, sobre todo, con placer de conducción que nos acerca a las competiciones. Y para ello no tenemos que irnos a las versiones más poderosas. Se están produciendo las primeras entregas de una versión intermedia con 190 caballos, más que suficientes para sentir todas las sensaciones. Y por un precio de cuarenta y tres mil euros, muy adecuado en relación a su calidad y prestaciones.

Tener un Cupra es subirse a un escalón superior. Porque para cualquier entendido en el mundo de las cuatro ruedas, es un coche que no pasa desapercibido. Por sus colores mate, sus escudos en color cobre y, en general, por un aspecto estético que lo diferencia del resto de los vehículos que nos encontramos en medio del tráfico urbano. No es necesario salir a carretera para ver las diferencias. Pero desde luego, si lo llevamos a zonas de montaña, es capaz de humillar casi a cualquiera de sus competidores. Por ello, a pesar de que fue el primer modelo de la marca española, el Ateca sigue teniendo un buen nivel de aceptación entre el público. Las dos principales razones para este creciente interés es que se trata de un SUV en el segmento del mercado más demandado y, por otra parte, que una buena parte de los compradores están elevando el nivel de potencia que buscan. De ahí poner en el mercado una versión a medio camino entre el VZ de 300 caballos ofrecidos hasta ahora.

Los diseñadores han cuidado todo el apartado de la estética y el equipamiento, incluyendo elementos importantes para conjugar a la vez deportividad y seguridad. Su pintura gris mate es ya un clásico en la marca, pero destacan asimismo sus llantas de 19 pulgadas o su difusor trasero. Y cuando pasas al interior, los asientos tipo baket o el volante deportivo multifunción con las levas del cambio imprimen carácter. Dos botones en el volante sirven para la puesta en marcha y para regular los cuatro tipos de conducción que se pueden elegir dependiendo de las circunstancias y los deseos del piloto. En el cuadro nos encontramos dos grandes pantallas, una para el funcionamiento mecánico y otra para el infoentretenimiento con todas las aplicaciones. Asimismo, el equipamiento incluye todas las ayudas a la conducción habituales de los mejores vehículos como control de crucero, asistente de frenada, detector de peatones y ciclistas, etc…

En su utilización nos enfrentamos a una automóvil con dos personalidades. En el tráfico urbano, su cambio automático es una delicia y es capaz de mantener una conducción tranquila, reposada, sin aspavientos y con consumos relativamente reducidos. Pero una vez en carretera se pone de manifiesto que esta nueva versión tiene una clara vocación deportiva y las diferencias se acrecientan gracias a la reciente incorporación de esta nueva mecánica. Bajo su capo delantero se ha instalado un bloque de gasolina de dos litros, bautizado con las letras TSI, que ofrece una potencia de 190 caballos y se complementa con una eficacísima caja de cambios DSG de 7 velocidades y con levas en el volante, que tiene un comportamiento rapidísimo. Y además añade, como también encontramos en la versión VZ de trescientos caballos, el plus de la tracción a las cuatro ruedas denominado 4Drive.

Si abordamos carreteras de montaña encontramos una dirección suave y precisa y una estabilidad más propia de un biplazas que de un SUV de corte familiar. Los ingenieros han trabajado en una suspensión delantera del tipo McPherson y trasera multibrazo independiente con amortiguadores regulables. Con ello, el trazado de la curva se mantiene donde manda el conductor y, en el caso de buscar los límites de adherencia, que están muy altos con sus cuatro ruedas motrices, encontramos siempre una tendencia sobreviradora que da mucha seguridad. En resumen, un coche para disfrutar en todo momento. En ciudad, por ese toque de exclusividad y de nivel superior que ofrece Cupra respecto a coches del mismo tamaño y en carretera, porque no tiene rivales en su categoría y te hace sentir todas las sensaciones de las carreras, más cuanto más complicada sea la ruta. Y todo ello por un precio que puede considerarse muy justo en relación que lo que da a cambio.