Prueba
Ford Bronco, el más poderoso
Eficaz sobre el asfalto y fuera de carretera, monta un bloque V6 de 2,7 litros biturbo que rinde 335 caballos. Desde 87.000 euros
El nombre de por sí es ya una leyenda entre los amantes de los coches todoterreno. El Bronco de Ford ha renacido de sus cenizas. Creado en 1966, vivió treinta años de gloria a través de cinco generaciones diferentes. Y ahora vuelve con un modelo nuevo, diferente, revolucionario y, sobre todo, capaz de poder superar todos los obstáculos. Y con una imagen superior que no pasa desapercibido ante nadie.
La clave de su éxito es, en nuestra opinión, mantener su espíritu original que ahora se ve plasmado con un diseño de formas muy cuadradas, con las ruedas en los extremos de la carrocería y los característicos faros redondos. Su tamaño es enorme como lo demuestran sus dimensiones, ya que tiene 4,80 metros de largo por 1,96 de alto y 1,93 de ancho. Algo que obliga a ser cuidadoso en los sitios estrechos y en los aparcamientos para no rozar los voluminosos pasos de rueda. Y que transmite respeto al resto de los usuarios de la vía, lo que es, sin duda, una ventaja. Además, la carrocería es desmontable en algunas de sus piezas, como algunas partes del techo y las puertas, que no tienen marco y tampoco espejos, anclados sobre el lateral. La entrada al maletero se efectúa por una puerta que bascula lateralmente y que sujeta una voluminosa rueda de repuesto, al estilo clásico. Otro detalle que le hace diferente son las anillas alargadas de sujeción en los laterales del capot para sujeción de grandes bultos que puedan colocarse en el techo. Todo este aspecto impresionante de la carrocería de cinco puertas se complementa con la parte mecánica, que no se queda atrás. Tras el enorme radiador frontal en el que destacan las letras Bronco, se encuentra un poderoso V-6 biturbo de 2,7 litros de cilindrada que desarrolla una potencia de 335 caballos. Todo montado sobre un chasis de siete largueros con suspensión delantera independiente y trasera de eje rígido y tracción trasera o total y reductora, según el conductor quiera reglarlo a través de una rueda junto a la palanca del cambio automático que ofrece diferentes tipos de conducción para poder adaptarse a las diferentes características de cada terreno. Para subir al interior podemos utilizar los soportes que quedan al abrir las puertas y que nos facilitarán el acceso. Dentro nos encontramos con un habitáculo de grandes dimensiones y asientos amplios y cómodos. El conductor tiene frente a él un volante multifunción y una pantalla de 8 pulgadas con varios elementos de control del vehículo y, en posición central, una gran pantalla de 12 pulgadas en la que están disponibles todas las conexiones más avanzadas para la información y el entretenimiento. Siguiendo la línea de clasicismo, se mantienen un buen número de mandos por ruedas y botones, que son de muy fácil manejo, como, por ejemplo, la temperatura interior y el volumen de un magnífico sistema de audio. Pero también tenemos detalles de modernidad, como la carga inalámbrica para móviles. Inicialmente está pensado para que viajen cómodamente cuatro personas, aunque pueden entrar cinco en caso de necesidad. Y los pasajeros de detrás tienen el asiento un poco elevado para mejorar su visibilidad.
Prestaciones
Al tocar el botón de arranque el sonido no da la impresión de que llevemos bajo el pie del acelerador un motor tan potente. Porque la elasticidad es una de las características de su mecánica. Es capaz de portarse como un vehículo completamente civilizado en cualquier circunstancia. Pero cuando queremos imprimir toda su esencia y apretar a fondo, todo cambia y este monstruo es capaz de pasar de cero a cien por hora en solo 7,2 segundos y lograr una velocidad máxima de 160 por hora. Claro está que, en estas circunstancias, el consumo puede elevarse hasta cerca de los quince litros. Pero merece la pena ya que resulta asombrosamente estable en carretera y, fuera del asfalto no logramos encontrar su límite. Pasa por vadeos de casi un metro de profundidad y supera las subidas y bajadas más pronunciadas. En este último caso, el control de descenso ayuda a los menos expertos. Porque el conductor dispone de siete modos de conducción distintos. Cuatro para tierra y tres en asfalto.
Este automóvil tan excepcional y diferente está disponible desde ochenta y siete mil euros y, según la versión elegida, la factura final puede subir hasta cerca de los noventa y dos mil euros.
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