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Clásicos

SEAT guarda los modelos que pusieron ruedas a España

Una parte de su archivo rodante participó en la gran concentración de automóviles clásicos de Valladolid

SEAT guarda los modelos que pusieron ruedas a España MP

Los 75 años que ha cumplido Seat reflejan la aventura industrial propia más importante de la historia de España. Un legado que está presente en la gran mayoría de las familias españolas que, durante generaciones, se iniciaron en la conducción al volante de un Seat. Una marca protagonista de millones de historias entrañables, de viajes inolvidables, de anécdotas irrepetibles, que ya son parte de nuestra propia memoria familiar.

SEATMP

Afortunadamente la empresa española guarda, en una de sus naves de la factoría de Martorell, una extensa colección de todos sus modelos e incluso de prototipos, coches de competición y diseños especiales, que hoy constituye el más importante museo del automóvil que existe en nuestro país. Y todos los vehículos se encuentran en perfecto orden de marcha gracias al trabajo del equipo de especialistas que dirige Isidre López.

SEAT PandaMP

Con frecuencia el departamento de históricos de Seat participa con sus unidades en competiciones o concentraciones de automóviles clásicos, como fue por ejemplo en Valladolid Motor Vintage que reunió a más de medio millar de vehículos con más de treinta años sobre sus ruedas en el centro de la capital castellana, bajo la batuta de Santiago Garnica. Para esta ocasión se trasladaron desde Barcelona cinco unidades de la colección. Todas ellas representativas de una época distinta y que su día fueron superventas del catálogo existente: 1.500 familiar, 850 Especial, 131 Supermirafiori, 127 Fura y la versión Terra del popular Panda.

Tuvimos ocasión de conducir todos ellos en un recorrido por tierras de la ribera del Duero, plagadas de viñedos y pinares, disfrutando de la conducción pura de automóviles que, sin tanta tecnología como los actuales, guardián la esencia de cuando la conducción era una actividad lúdica, casi un arte, y el coche te transmitía a través de su volante y sus suspensiones las incidencias del terreno y como poderle sacar todo su rendimiento a través de sus cajas de cambio manuales y sincronizadas. Entre los cinco, destacamos la presencia de los dos grandes turismos que significaron en su día la más alta relación entre el lujo y la potencia que se podía encontrar dentro de la oferta del mercado nacional.

El 131 fue una berlina producida entre los años 1975 y 1984, del que se llegaron a construir 412.948 unidades. Presentado en el Salón de Barcelona de 1975, tuvo inmediatamente gran aceptación al ser un coche elegante, fiable y muy moderno, sucesor del popular 1430, y consiguió el 1976 el título de Coche del Año en España. Su motor inicial fue un bloque de doble árbol de levas con 1.592cc y una potencia de 95 caballos, pero fue evolucionando hasta llegar al de 1919 cc. y 114 caballos, desarrollado por el Centro Técnico de Martorell.

Por su parte, el 1.500 nació en 1963 y estuvo en producción hasta 1972 ya que fue el gran acontecimiento automovilístico español de la década de los sesenta. Su carrocería era parecida al 1.400 C al que sustituyó, pero con un mayor nivel de equipamiento y lujo. Y la versión que llevó Seat a Valladolid era la de carrocería familiar, complementada con un botaron de tres plazas en la parte trasera, orientadas en sentido contrario a la marcha, con lo que el coche completaba hasta ocho plazas para viajes. Una posición que hoy no sería homologable, pero que en su día resolvía grandes problemas en las familias numerosas. Incluía detalles de terminación como el ventilador a la luneta o las luces de cortesía traseras.

El 850 Especial montaba en posición trasera un motor de cuatro cilindros y 843cc. que da una potencia de 52 caballos. Un coche muy ligero y ágil que permite, a pesar de que su potencia no era excesiva, una conducción deportiva con su caja de cambios de cuatro velocidades. Las sensaciones que transmite son inigualables y más directas que las de sus dos hermanos mayores. De los coches del grupo, fue el que más interés y simpatía despertó entre el público presente. A pesar de que, en deportividad, el Seat Fura, en su versión Crono, cuya potencia se elevaba hasta los 75 caballos, conseguía mejores prestaciones y fue protagonista de una Copa Fura de circuitos que fue una magnífica escuela de pilotos en los años ochenta.

Estos son solo cinco de los 375 vehículos que atesora la nave industrial con más historia de España en el campo de la automoción. Un patrimonio valiosísimo que, afortunadamente, va aumentando en número con el paso del tiempo.