
Sucesos
Los vecinos de Lo Pagán sobre la explosión en el bar Casa Javi: “Se veía venir”
Agentes de la Unidad de Investigación de Incendios de la Guardia Civil venidos desde Valencia inspeccionan el local para averiguar las causas de la explosión

El bar ‘Casa Javi’, ubicado en la calle Torres Fontes de la pedanía pinatarense de Lo Pagán, era un polvorín y tarde o temprano se iba a producir una tragedia. Así los han atestiguado los vecinos de este enclave costero, quienes han asegurado que estaban hartos de los continuos conflictos que generaba este local, regentado por una mujer de origen árabe, que es una de las heridas muy graves que dejaba la explosión del pasado jueves. Fuentes de su círculo cercano han confirmado a LA RAZÓN que tiene un 80 % del cuerpo quemado, sin embargo, su vida no corre peligro, según han trasladado desde el hospital universitario virgen de La Arrixaca, donde permanece ingresada. Está estable dentro de la gravedad pero, de sobrevivir, le quedarán secuelas irreversibles.
“No sé, era un bar un poco raro, porque siempre estaba cerrado y con luces dentro y leches, y no sabemos. No sabemos qué ha pasado, porque no puedes entrar”, ha apuntado un jubilado. Precisamente para averiguar las causas de esa deflagración que dejaba un saldo de 17 personas heridas, agentes de la Unidad de Investigación de la Guardia Civil de Valencia han acudido este jueves para indagar en el origen de esa explosión. Según corroboran a este periódico fuentes del Instituto Armado, ellos serán los encargados de elaborar un informe técnico, que posteriormente facilitarán a los miembros de la Unidad de Policía Judicial de la Benemérita de Murcia, que es quien está instruyendo la investigación. Lo que parece que tienen claro es que esa violenta deflagración de gas no se produjo de forma fortuita, sino que es posible que estuvieran manipulando en su interior una bombona de butano o un dispositivo similar.
En lo que coinciden todos los vecinos es que el establecimiento era una continua fuente de problemas. “Había habido jaleos de tema de peleas, discusiones, muchas veces había tenido que venir la Policía. Vamos, no me extrañaba que algún día pudiera pasar algo así. Como prostíbulo, como tema de drogas y es cierto que, en las peleas que había aquí, siempre había cuchillos de por medio, porque la gente no iba en su sano juicio”, ha contado un joven que trabaja en un bar de la zona. Este mismo testimonio ha recordado que no es el primer incidente que se produce en este negocio de hostelería. Hace unos meses se registraba un incendio en el interior de sus instalaciones, lo que les había obligado a cerrar sus puertas temporalmente. Sobre él pesan media docena de denuncias interpuestas por la Policía Local de este municipio, principalmente, por quejas vecinales y ruidos.
De hecho, LA RAZÓN ha tenido acceso a una de esas actas de sanción, donde los agentes ponen de manifiesto que el local estaba aparentemente cerrado, pero había gente en su interior que estaba consumiendo alcohol, con la música a todo volumen. En este mismo documento, los funcionarios policiales dejan constancia de que la dueña del local se negaba a identificarse. A este respecto, el alcalde San Pedro del Pinatar, Pedro Javier Sánchez, reconocía este jueves ante los medios de comunicación que el Consistorio tenía conocimiento de esos expedientes abiertos, a pesar de que el establecimiento contaba con una declaración responsable para ejercer su actividad con una licencia de tetería y cafetería. Sin embargo, los vecinos no ocultaban su indignación por las aparentes irregularidades en las que estaban incurriendo. “La verdad es que ahora mucha policía, mucho corte, pero eso lo tenían que haber cerrado antes”, ha dicho una mujer que observaba atenta el trabajo que hacían los agentes de la Guardia Civil detrás del cordón policial.
Un prostíbulo clandestino
Lo verdaderamente llamativo de este suceso es que dentro del bar Casa Javi se ejercía la prostitución, según refieren sus vecinos. Es vox pópuli en esta pequeña pedanía de playa. “Se veía venir. Coño, eso son dos puticlubs. ¿Entonces qué pasa? Hay peleas, broncas, drogas, hay de todo”, ha comentado indignado un hombre que transitaba por la zona. Otra mujer jubilada confirmaba también este extremo: “Tenemos constancia, porque lo hemos visto cuando hemos pasado por la puerta, las chicas que había, claro. Y eso se nota”.
✕
Accede a tu cuenta para comentar