Opinión
Cuando nos vemos con buenos ojos
Los ojos son para ver, sentir y disfrutar del mundo que nos rodea. Dejando a un lado a los que tienen una discapacidad física, al resto se nos puede aplicar el enfoque psicosomático de la medicina y la PNL (Programación Neurolingüística): ¿Qué es aquello que me molesta ver en mi vida, o en mí, que por eso desenfoco o empaño mi vista? La miopía –no ver bien lo que está lejos, mala visión nocturna– tiene que ver con el miedo al futuro y/o con el atreverse a ver lo que hay en el inconsciente (la noche: lo que no está a la vista o permanece oculto en nosotros). Dado que la miopía se opera, mucha gente soluciona su problema de forma fácil, esto es, toman un atajo mucho más rápido. No obstante, aquello que está pendiente de resolver en nosotros buscará otras vías por las que salir a flote y darnos una oportunidad de aprendizaje. Dado que pone el énfasis en la responsabilidad personal sobre lo que nos acontece físicamente, el enfoque psicosomático no gusta ni convence a todos por igual. Propone el ver las cosas –nunca mejor dicho–, desde el ángulo de la opción para implicarse en la sanación propia. Puesto que somos un cuerpo, al que da vida una energía divina, el tomarse la «enfermedad» como una metáfora para poder mejorar nuestra vida humana, el atrevernos a ver el mundo con buenos ojos, observarnos a nosotros mismos y a todos los que nos rodean con amor, confiar en nuestras genuinas capacidades... nos facilitará tener una visión más clara y definida. Y, si además, tomamos vitaminas, mucho mejor.
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