Opinión

Íñigo, vete de una vez

La llamada de atención «ni media tontería» por parte de Pablo Iglesias a Íñigo Errejón invita a una reflexión sobre el devenir del partido y del reconvenido. Reprimenda y a advertencia, como corresponde a una organización comunista. Tan seria recriminación, reiterada hasta tres veces como Pedro con su negación, de quien se cree y ejerce de jefe de la manada expresa poder absoluto sobre sus componentes, sin otra opción que la sumisión, también el aviso de que la simple discrepancia pública conduce inexorablemente al ostracismo, a la calle, allá donde Felipe González aseguraba «hace mucho frío». En este punto aparece una tercera vía, la invitación a traspasar de una vez la puerta de salida. Así lo cree mi amigo Rogelio, quien da por hecho que Errejón terminará en la lista municipal –el lugar estaría por decidir, de privilegio seguro- del Partido Socialista, si no en la autonómica. Como si Iglesias dijera ¡vete de una vez!. «Déjate de tonterías y no marees la perdiz, ni media tontería» (Pablo dixit) confirma la inviabilidad del propósito de Errejón de elaborar su propia candidatura electoral. «Te pongas como te pongas», añado yo. De nada sirve cualquier pacto anterior cuando se dijo que Iglesias se quedaba en política nacional y el otro a Madrid. De ninguna manera puede cuestionarse el poder del líder, frecuente en casi todos los partidos e incuestionable en los de corte marxista. Si no ¿qué se desprende de sus ídolos: Nicolás Maduro, Fidel y Raúl Castro, Kim Jong-un? Demasiada diferencia entre todos estos y quienes dirigen los países desarrollados y las democracias avanzadas. Así es la vida.