Opinión

Sólo los cobardes acosan

El resultado genérico de una sociedad disfuncionalizada (enferma psicológicamente), desnortada y escasa de valores tiene su explicación en los microuniversos particulares. El «bullying» existe desde el inicio de los tiempos: el envalentonamiento-matonismo es el mejor «disimula complejo de inferioridad» para los acomplejados.

¿Por qué los niños usan el acoso? Pura imitación. Copian las conductas que hay en su entorno. Inferiorizar –igualar hacia abajo–, desprestigiar, la maledicencia, el acusismo... son herramientas muy usadas por los adultos para sortear situaciones en las que, de otro modo, quedarían retratados como lo que son: seres acomplejados. La prepotencia es una estratagema para dominar a otros. Machismo y misoginismo han rebrotado cual epidemia en el siglo 21. Niñas y mujeres se llevan la peor parte. El mundo de los niños es un reflejo del de los adultos. ¿Qué ven las niñas? Demasiado «complejo de diadema floja» entre las mujeres: conductas tales como no poner los límites, no valorarse como deben, tener relaciones donde no las aman como a ellas les gusta que las amen, permitir situaciones humillantes, tragar, callar... Si una niña tiene por madre a una mujer que no se defiende, así hará ella. Si un niño tiene por padre a un hombre que va de machote, así hará él.

La igualdad empieza por cultivar el respeto a la dignidad propia. Niñas y mujeres tienen derecho a ser respetadas y la responsabilidad de hacerse respetar y defenderse cuando es necesario. Ninguna niña es una princesita indefensa, sino el proyecto de una gran mujer.