Opinión
Me pido la luna
Quizá la idea de Bezos de trasladar la industria pesada a la Luna se deba a que es un enamorado de Star Wars. Lo que se nos antoja «inverosímil» o «demasiado imaginativo» llega un día en que corre el riesgo de convertirse en cotidiano. No obstante, al fabricar en la Luna, ¿no estaremos contaminando los alrededores de la Tierra? ¿Acaso la contaminación se desintegra en el espacio? Aquí estamos llenando los océanos de plástico. Acabaremos, o bien por mutar a «plasticoides», o bien por morir envenenados como muchas crías de ballena.
Su mentalidad de emprendedor le impele a inventar maneras de incrementar su fortuna escudándose en el bien de la Tierra. Según él, habrá quien «irá y vendrá» a la Luna a trabajar y otros se quedarán. Me imagino el «bus galáctico» a rebosar a las ocho con trabajadores selenitas. En lugar de tanta «idea lunática», ¿no sería más apropiado dedicar esfuerzos a sanear el aire que respiramos y a hacer más humana la Tierra? Tal vez lo suyo sea una «solución disimula síntomas»: pongo un cuadro para tapar la humedad en la pared en vez de arreglar el problema.
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