Opinión

El PP ante un duro reto

«Has tardado, pero has traído buena leña» es el refrán que dicen en mi pueblo y que puede aplicarse al PP. Ha sido el último en abrazar las primarias y el resultado: seis candidatos aceptados de los siete que aspiraron a serlo, aunque hay coincidencia en designar sólo a tres con posibilidades de llegar a la poltrona. Para ser las primeras, no está nada mal.

No juzgo las decisión de Mariano Rajoy, pero su despedida ha dejado un panorama complicado en la organización, agravado por la espantá de Alberto Núñez Feijó que era el candidato de consenso general (vaya putada nos ha hecho a todos, según un prominente cargo popular). A mi amigo Rogelio le chivaron fuentes fiables que el presidente gallego «entró en pánico dos horas antes de presentar su candidatura hasta cambiar de opinión). Si su intención hubiera sido ésa, la hubiera comunicado antes».El caso es que el Partido Popular afronta un duro reto, especialmente con el enfrentamiento Cospedal-Santamaría. «No había dos corrientes ni dos familias. Éramos lo mismo, y ahora nos obligan a alinearnos». Lo más temido de esta confrontación, que se resuelva por un estrecho margen, si llegan las dos a la final.

Hoy por hoy, a veinticuatro horas de la gran cita, nadie se arriesga a predecir un resultado. Los equipos actúan como si les fuera la vida, pero el voto secreto conduce a cualquier desenlace, incluso al más inesperado. El posicionamiento será mucho más claro en la segunda oportunidad, en el Congreso porque nadie prevé que uno de los tres saque los porcentajes y los quince puntos de diferencia para ser proclamado directamente. El tiempo dirá si la leña tardía ha merecido la pena. Así es la vida.