Opinión

La Justicia en peligro

Hay un problema más grave que el hecho de que los jueces no quieran ir a Cataluña. No es otro que el de sus consecuencias. Como le explicaba ayer un magistrado a mi amigo Rogelio, el peligro de que todas esas vacantes sean cubiertas por personas independentistas o que quieran hacer méritos ante los políticos separatistas. Un riesgo real porque las plazas desiertas por la ausencia de aspirantes, problema perfectamente expuesto por Francisco Velasco en LA RAZÓN el lunes pasado, serán otorgadas a licenciados en Derecho sin haber aprobado la oposición a Judicatura inscritos en una lista provincial. Por tanto, es más que probable que quienes accedan simpaticen con la causa del nacionalismo radical, más aún conociendo las circunstancias adversas existentes en estos momentos para quienes no comulguen con esas ideas.

De ahí que la idea del Consejo General del Poder Judicial plasmada en la información de este periódico no sea tan descabellada. Bienvenido sea el plus para un juez en Cataluña si con ello se garantiza la impartición de Justicia como corresponde a un Estado democrático como el nuestro. Como todo tiene su aspecto negativo, lo grave sería que terminarán por percibir el plus económico los jueces simpatizantes con el secesionismo. Quizá convendría reflexionar sobre el tema en busca de soluciones más seguras.

¡Ojo! actualmente esos licenciados en Derecho sin haber aprobado oposición ya están ocupando la plaza de los jueces titulados en baja por enfermedad y demás causas. Hay ejemplos como la que tiene en su red como lema «tornaren a sufrir, tornaren a lluitar i tornaren a vèncer» ¡Toma ya! Como para caer en sus garras. O como el de Solsona, empeñado en encausar a guardias civiles por el 1-O. Ahí se encuentra buscando y rebuscando cómo hacerlo. El Gobierno, el Estado, está obligado a ocuparse de este asunto que ya asoma como un problema de los más graves a que pueda enfrentarse. Hablamos de una de las patas del trípode que lo sustenta.

Así es la vida.