Opinión

El chiringuito de Pedrerol: Campeones del mundo, pero...

«Nos han faltado al respeto». «Han olvidado todo lo que hemos conseguido». «Siempre tenemos que estar pasando exámenes»... «Que hablen, somos campeones del mundo». Es el sentimiento del vestuario del Madrid. Después de tres años consecutivos ganando la Champions y siendo campeones del mundo, se les sigue discutiendo. Lo que están haciendo es muy grande y no hay que regatearles elogios. Pero...

A los mejores se les exige todos los días. Al Madrid se le exige todos los días. Y un Mundial de Clubes no tapa un mal inicio de temporada. No puede hacer olvidar la manita en el Camp Nou. O la goleada en Ipurúa, la victoria del Levante en el Bernabéu, el 0-3 del CSKA, la Supercopa de Europa perdida ante el Atleti, las ocho horas sin meter un gol o el noveno puesto cuando Lopetegui fue despedido.

Estos jugadores son muy buenos, sí. Ya lo sabemos. Lo vimos en los premios FIFA. Pero precisamente por eso hay que decir que este Madrid aburre. Que el Bernabéu está adormecido, desmotivado, casi vacío. Deben pensar en toda esa gente que hace un gran esfuerzo para pagar su entrada, para sacarse el abono. Deben pensar en su gente, en los que les apoyan cada día. Deben volver a emocionarles.

Los jugadores se habían conjurado. Y creen que el Mundial puede ser un punto de inflexión. Que esta victoria supone la autoestima necesaria para iniciar la remontada. Se sienten maltratados por la crítica y quieren volver a tapar bocas, como hicieron hace casi un año cuando todos les daban por muertos en su eliminatoria ante el PSG. Pero ganaron, fueron superando a todos y conquistaron la Decimotercera.

Esta temporada, la plantilla del Madrid tiene una ventaja: a estas alturas ya habían tirado la pasada Liga, pero ahora están vivos. En 2019 aún pueden ganar las tres competiciones. Pero que el Mundial no les impida admitir los errores que han cometido. Pueden sentirse maltratados y pensar que algunos no valoran todo lo que han logrado, pero también deben hacer autocrítica y no ver tanto al enemigo fuera.

Está claro. El Madrid tiene un gen especial. Se crece en los momentos importantes. Aguanta la presión mejor que nadie. Y los libros dirán que este es un equipo de leyenda. Su nombre ya está escrito con letras de oro en la historia del club y del fútbol. Lo recordaremos en todos los programas resumen. Pero el fútbol no vive de recuerdos. Aunque sea un pelín injusto, sólo vale el presente. ¡Enhorabuena, campeones!