Opinión
Somos como nos alimentamos
Según un estudio, amamantar a un bebé o darle el biberón puede llegar a influir en si será zurdo, diestro o ambidiestro. Otros sugieren que los niños amamantados tienen una mayor inteligencia, menos problemas de habla, mayor materia gris. En cambio, para el psicólogo Stanley Coren (Canadá), el ser zurdo es la manifestación de un trauma prenatal o complicación durante el embarazo, ya que somos diestros por naturaleza. O sea, que hay explicaciones para todos los gustos. ¿Será cierto? Como suele suceder: «Todo es verdad en algún ser humano. Y, todo es mentira en algún ser humano». El feto, según expertos psicoanalistas en materia prenatal, se entera de todo (emociones, estados de humor, miedos, discusiones y conversaciones externas entre la madre y otras personas...). En sesiones de hipnosis hay quien ha relatado experiencias vividas mientras estaba en el útero materno: así fue como se enteraron de que sus padres realmente le amaban y era un niño deseado o han podido entender que su conflicto con los hombres se debía a que su madre quiso abortar repetidas veces cuando estaba embarazada de ella. El universo prenatal no está suficientemente explorado. Al no estar completado el proceso cognitivo hasta los seis años y debido a que, cuando aterrizamos en este mundo, no tenemos la facultad del habla para poder decir algo así como: «Eh, esa discusión del otro día entre vosotros me ha creado tal o cual trauma»; o «Gracias por hablar tan bien de mí, por decirme cosas tan lindas»; o «Aquella música que te empeñabas en escuchar, no me molaba nada de nada», no podemos saber que el ser zurdo se debe a trauma pre-infantil o la culpa sea del biberón.
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