Opinión

San Valentín no tiene quién le ame

Otro año más, vuelve San Valentín, y San Solterín. ¿Podemos ser felices solteros y sin pareja? Para cada uno de nosotros, la felicidad es algo muy personal, y a veces, de «ciencia ficción». No todas las personas sirven para estar emparejados, ni todas las épocas de la vida son idóneas. La estructuración de la fuente de amor propio, valoración y definición del amor es algo individual. He escrito muchos libros sobre el tema con el propósito de ayudar a la gente a hallar el amor dentro de sí misma. Aquellos que han aprendido a gestionar su mundo emocional, se han hecho cargo de sus responsabilidades vitales y se han completado, esto es, son «naranjas enteras», son los más idóneos para estar en pareja. Este mito ha sido mal explicado y peor comprendido. En general, la gente busca a su otra mitad fuera de sí mismos, lo cual provoca que se pasen la vida buscando donde no deben y cosechando insatisfacciones que les minarán la autoestima. La pareja nunca debería ejercer de «otra mitad», ni ser «terapeuta» ni quien «nos rescate de los monstruos de la soledad y del desamor». El arquetipo, que Hollywood nos ha vendido, sólo lleva a la decepción, ya que la realidad nos muestra que, tanto el amor de verdad, como el día a día, en nada tienen que ver con esa idealización del «amor romántico». La fuente de amor está dentro de cada uno de nosotros. Y dado que tenemos con los demás la relación que tenemos con nosotros mismos, si se quiere tener pareja, mejor es buscarse alguien que se ame mucho a sí mismo.