Opinión

"O mio babbino caro"

A veces, ocurre. La vida diseña unos planes determinados para ti y aparece una persona, casi siempre desconocida, que logra cambiarlos, romper el destino y hacerlo para bien. Confiar en la bondad de los desconocidos, decía Blanche Dubois en «Un tranvía llamado deseo». Y la realidad está para superar la ficción. Ese desconocido fue un policía de Los Ángeles que escuchó a una mujer cantar el aria «O mio babbino caro» de Puccini en el metro, mientras empujaba un carrito lleno de trastos y con varias bolsas en la mano. El agente lo grabó con su móvil y por eso sabemos que la sintecho se llama Emily Zamourka, una rusa de 52 años que, gracias a la difusión del video, ha conseguido un contrato para grabar un disco y 50.000 dólares. De terminar en la calle por una mala jugada del destino, motivada por problemas de salud y un robo callejero, a salir de ella por un buen envite. El destino es el destino, no hay escapatoria, decía Maria Callas.

No ha sido un milagro. Han sido personas haciendo cosas por otras personas. Así de sencillo. El policía compartió el video y lo acompañó de un mensaje: «4 millones de personas llaman a Los Ángeles su hogar. 4 millones de historias. 4 millones de voces... a veces sólo tienes que detenerte y escuchar una, para escuchar algo hermoso».

A veces sucede algo que te reconcilia con una vida que decidió darte la espalda, o tú a ella, y eso reconforta y revitaliza. Emily cantaba en el metro porque sonaba bien. Su historia, como su voz, también. Para ella, como para Callas, cantar es una manera de tocar el cielo.