Opinión
La segunda oportunidad
Cuando una sociedad está dispuesta a su autodestrucción los mecanismos de la razón y de la lógica social dejan de funcionar. Es el momento de que otros, desde fuera, traten de buscar recetas de control. Esto lo saben los gurús que agitan sus cocteleras electorales repletas de elementos más o menos objetivos. Cada ingrediente su porcentaje…pero hay que conocer su naturaleza. Esta vez existe el riesgo cierto de que el «combinado» que habían ideado en Moncloa no haya dado con la mezcla. Cualquier plan revienta por la cuestión catalana convertida en el intangible catalán. Esa minoría visible, violenta que ha convertido la parte en el todo es ahora mismo la vanguardia desmadrada, la que no obedece ni a la ANC ni a los partidos. Las propuestas de la CUP adobadas con la violencia CDR son la referencia. No hay, por falta de interlocutores válidos, operaciones diálogo ni contactos discretos ni intentos de aproximación. Tampoco hay una división en el independentismo capaz de destruirlo porque para los dos millones de «muy cafeteros» cualquier mesías es válido sea Puigdemont o su porquero. El próximo lunes tendremos debate de candidatos y en el constitucionalismo tratarán de marcar las diferencias de hacer política con los matices, que nadie se lo crea. La única posibilidad de hacer frente al fenómeno catalán con el que se ha hecho electoralismo, teatrillo, rasgado de vestiduras y sobre todo concesiones irreversibles, es el pacto de Estado. La fusión de las siglas PSOE, PSC, Cs y PP tienen que llegar a unos mínimos comunes y suficientes para el desarrollo de una política constante. En octubre del 17 se probó esa gran coalición discreta con los preparativos de la aplicación del 155. Maniobraron juntos sobre todo populares y socialistas con gran protagonismo de la hoy Vicepresidenta, Carmen Calvo. Ciudadanos aceptó lo que le dieron cocinado y trató de marcar diferencias en la puesta en escena…su aportación de senadores era perfectamente prescindible, la del PSOE hacía falta en el cualitativo. Aquel diseño probado saltó por los aires porque la segunda fase se ponía en marcha con un cambio en el signo del gobierno. Es, salvando distancias y circunstancias, como aquel primer asalto al fin de la hegemonía del PNV que no pudo ser con Terreros. El resultado de las elecciones fueron finalmente el refuerzo de Puigdemont, el noqueo para Esquerra y la frustración y la impotencia para los constitucionalistas. El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, de todas formas, qué bueno sería en ocasiones contar con una segunda oportunidad…decía Paco Costas.
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