Opinión
Lo fashion
Hoy estuve repasando un reportaje publicado por una periodista Fabiola Yáñez titulado «Vivir para contarlo». Fabiola entrevistaba, en confianza, a un colega y un amigo suyo llamado Ángel Sastre, corresponsal de LA RAZÓN (ahora en Buenos Aires), y que pasó casi trescientos días secuestrado por Al-Qaeda. Ángel Sastre es uno de los mejores narrando la guerra que se vive en Siria, ha sufrido extraordinariamente, sigue tratando de recomponer su cabeza y continúa escribiendo crónicas impecables ahora desde Argentina. Fabiola Yáñez, esa mujer que esperó pacientemente varios días hasta que Ángel pudo abrirse y contarle algunos detalles de su cautiverio (y que hizo alguna colaboración con este santo periódico), será, a partir del diez de diciembre, la Primera Dama de Argentina. Como Vds ya saben cómo funciona esto, han faltado minutos para compararla con Juliana Awada, la esposa de Mauricio Macri. Comentarios como «lo tiene difícil», «no es la misma clase», «tendrá que sustituir nada menos que a Juliana» o «está por verse si los estilismos de Fabiola podrán darle la batalla a una exquisita Juliana Awada que se retira de su rol habiendo conquistado a todas las fashionistas». Lo mejor es la expectación para ver si hace tan buenas migas con la Reina Letizia como su predecesora, que ya son ganas de poner al mundo con los pelos como escarpias de la emoción. Es una pena, la verdad, que ya no podamos comparar vestiditos y hacer porra sobre quién será la más guapa del lugar, que siguen siendo cosas muy chocantes a las alturas de la vida en las que estamos. Fabiola Yáñez podrá ser, o no, la más elegante, la más impactante, la más hermosa, la más estilosa o la que mejor se lleve con las revistas precordiales que se ocupan de las casas reales europeas pero, todo eso, dará lo mismo. Habrá que juzgarla por su capacidad para aprovechar su sitio en favor de causas nuevas, viejas y pendientes, y defenderlas más allá del florero de la puerta. Hasta luego, fashionistas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar