Opinión

500 días

500 días. El tiempo que el padre de Diana Quer asegura que su hija estuvo en un pozo diciendo no es no. 500 días con sus 500 noches. Una tras otra. Las noches son más largas que los días porque pesan en el alma y resquebrajan el cuerpo.

Pero ya hay veredicto. Culpable de detención ilegal, asesinato con alevosía y agresión sexual. El jurado considera que el Chicle asesinó pero no violó a Diana Quer. No sabemos si será condenado a prisión permanente revisable porque dicta sentencia un juez, con todo lo que ello conlleva. El padre ha dicho que Diana sonríe desde el cielo. Nunca está de más la evocación poética del drama y del dolor, sobre todo de boca de un padre herido de muerte de por vida. Pero aquí al único que hemos visto sonreír es al Chicle. Tampoco sabemos cual será el devenir penal de José Enrique Abuín, aunque somos conscientes de que el buen comportamiento en el cárcel no es sinónimo de reinserción. Igual de conscientes de que, en realidad, nunca se hará justicia porque Diana no volverá a la vida, por mucho que Abuín vuelva a prisión, aunque sea de por vida. El asesino seguirá sumando más días que la víctima y las noches de la familia de Diana seguirán siendo largas y llenas de esperas baldías. Ojalá les llegue el descanso que no ha velado sus noches hasta ahora. Juan Carlos Quer se preguntaba a la puerta de los juzgados por qué es tan difícil en este país hacer justicia para las víctimas. Quizá sea por la misma razón que cuesta tanto conciliar el sueño.