Opinión
El Majestic de ERC
Las negociaciones del PSOE con ERC se resumen en algo tan básico y difícil como el reparto de gobiernos. Los socialistas quieren cerrar el suyo con Podemos y los republicanos quieren conseguir las condiciones para ganar la Generalitat. ERC juega a dos barajas pero quiere ganar una partida. Está pendiente de Torra que en cualquier momento puede convocar elecciones, en cuanto Puigdemont active la maquinaria. Todos los planes saltarían por los aires si Puigdemont consigue la inmunidad y lleva a Barcelona en versión caspa de la «libertad guiando al pueblo», entonces se acabó. Pero si eso no ocurre para ir a esos comicios ERC lo que necesita es haber arrancado a Pedro Sánchez concesiones. En la política catalana hace tiempo que da lo mismo la izquierda que la derecha, el «pujolismo» grabó a fuego que solo es triunfo lo que se arrebata. En el Majestic se ganó la batalla más importante, de momento, en esa guerra para eliminar el Estado de esa comunidad y articular un estado alternativo. Por eso es por lo que ERC necesita arrancar compromisos destinados a la eliminación del único enemigo que le queda al «procés»…el Estado. Por eso ERC no se va a precipitar porque quiere saber qué va a hacer Pedro Sánchez con la fiscalía, qué va a hacer con los miembros del Constitucional que están «caducados» con esto de los gobiernos en funciones y el Congreso a medio gas, qué va a hacer con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Esquerra necesita ir a las elecciones con tres o cuatro triunfos palpables y por eso no tiene ninguna prisa. En el mientras tanto se hablará de un nuevo estatuto, pero Rajoy dejó recuperado el recurso previo de inconstitucionalidad en la reforma de la Ley del Tribunal Constitucional, y aparecerán los juristas, y algo más, a hacer sus aportaciones mediáticas (la tribuna de Mariano Bacigalupo en EL PAIS, el martes, es una pista definitiva). ERC tiene todo el tiempo del mundo salvo que convoquen catalanas un día de estos o salvo que el PP haga eso que cuando lo hizo Sánchez se llamó «poner en marcha el reloj de la democracia». ¿Podemos aplazar eternamente la legislatura? Legalmente sí, salvo que se presente Pablo Casado para acotar los tiempos y obligar a Sánchez a presentarse o a ir a terceras. Luego queda la otra opción, la que llaman constitucionalista, que creo es la que Cayetana Álvarez de Toledo quería poner sobre la mesa en su entrevista fallida en el Correo. Esa entrevista en la que no descartaba que Casado fuera vicepresidente de Sánchez porque ella, portavoz popular en el Congreso, apuesta por entrar en el Gobierno para que el PSOE no gobierne con ERC.
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