Gallos

No conozco a Sara Socas, pero me encantaría conocerla, la verdad. Sara es una rapera canaria que se ha hecho muy famosa por su intervención en una Batalla de Gallos en México contra un contrincante local llamado Rapder, cuyos versos fueron ciertamente machistas, rancios y casposos. La respuesta de Sara fue fabulosa. No me corresponde por edad entender esto de las Batallas de Gallos pero comprendo la dificultad, admiro el talento de los participantes y me resulta alucinante la rapidez de reflejos que poseen estos chicos para hacer lo que hacen. Sara ha regresado a Canarias un poco abrumada por tanta repercusión en las redes sociales y casi justificando lo que dijo Rapder porque asegura que ella «perdió los papeles». Que si el vino con los ojos llorosos arrepentidos a buscarla al final, que lo prefiere a otros raperos que blanquean su imagen con letras que luego no se corresponden con su vida y que las batallas son así, por encima de lo que estimen los medios de comunicación que de esto no entendemos nada. Es un poco «lo que pasa en Las Vegas, se quedan en las Vegas» o ese código que tienen algunos futbolistas para no contar lo que sucedió en una trifulca, entrada fea o insultos en un campo. Rapder se defendió del aluvión de críticas aludiendo a la gordofobia del equipo español y, por tanto, se puede entender por qué Sara Socas pide disculpas por «perder los papeles». Es cierto que vivimos una etapa de corrección política insoportable de la que no se salva ni el humor, ni el arte, ni la creación. Es verdad que resulta muy cínicas las líneas rojas que nos hemos puesto de cara a la galería pero, precisamente por eso, no se debe pedir perdón, Sara. Si no lo entendemos, adelante con vuestros códigos. Pero si resulta que al final no estáis satisfechos ninguno de los dos, es que algo habrá que cambiar en los versos, ¿no?