Opinión

Sánchez reta a la Justicia

¿Cuántos escaños menos hubiera obtenido Pedro Sánchez si los votantes hubieran sabido que su campaña se basaba en la mentira? Aquella frase «no hubiera podido dormir si hubiera incluido a Podemos en mi Gobierno…» emergió como baluarte inexpugnable de su actuación futura, como garantía frente al comunismo de Pablo Iglesias. Un atractivo sustancial para una gran número de dudosos. Se acogió a la mentira porque exponer sus verdaderas intenciones, le hubiera impedido alcanzar la victoria, o de alcanzarla, hubiera aparecido aún más pírrica. Nuestro presidente todavía en funciones se sitúa muy lejos de los clásicos «hay que tener valor de decir la verdad, sobre todo cuando se habla de la verdad».

Sánchez a la gran mentira ha unido la traición, la compañía de quienes quieren desmembrar España, incluidos aquéllos que para lograrlo se valieron del asesinato, que siguen sin colaborar con la Justicia para resolver unos cientos de crímenes. ¡Ay, la Justicia! Sus magistrados tienen el gran reto de impartirla a propósito de Oriol Junqueras, eludiendo las presiones de Moncloa expresadas a través de la vicepresidenta, Carmen Calvo (la misma que tanto habla para defender a los golpistas y tanto calla ante los exabruptos desde su partido contra Cayetana Álvarez de Toledo), o hacer buenas las palabras que escribía Josep Pla en su «Cuaderno gris» correspondientes al 2 de julio de 1918 «la justicia vista de cerca, como casi todas las cosas vistas de cerca, es una m…» A diferencia de él, pienso que la justicia no se puede permitir ser como todas las cosas. Deseo, como consuelo, que con Sánchez se cumpla «me molesta que me mientas, pero me molesta más que, de aquí en adelante, no podré creer en ti». Así es la vida.