Opinión

Supercopa de la vergüenza

Supercopa de la igualdad, no; Supercopa de los 120 millones de euros en 3 años. El presidente de la Federación Española de Futbol, responsable de que la Supercopa de España se celebre en Arabia Saudí, asegura que las mujeres podrán ir al estadio, sentarse donde quieran y acceder en igualdad de condiciones. La ignorancia resulta humillante. Por ignorar, ignora que él no tiene nada que decir al respecto porque, en Arabia Saudí, ni él, ni el Papa ni el sursuncorda lo tienen. Que rece para que no le acusen de algo que no sea –o sí, estaría en su derecho, excepto allí– y le cuelguen de una grúa. Dice que no jugar allí sería dar la espalda al problema. Lo que realmente se está haciendo es dar un espaldarazo al régimen que no respeta los derechos humanos de las mujeres, tampoco del resto. Que se dejen de entelequias y espejismos. La libertad y los derechos son otra cosa. Que jueguen donde quieran y ganen lo que puedan; es lícito, están en su derecho y tienen la libertad de hacerlo. Pero que no lo vendan como un gesto solidario, un acto altruista, porque tomarnos por idiotas es tan indignante como utilizar una mentira para tapar una infamia. Ninguna televisión quería los derechos de retransmisión por celebrarse en un país que vulnera los derechos humanos. Finalmente, una plataforma los compró; está en su derecho. Los efluvios del dinero saudí no solo embriagan al futbol: el Dakar, el boxeo, la Formula 1… Se empieza así y se termina como Xavi Hernández, diciendo que Qatar es «un país fácil para vivir, acogedor y seguro». La grandeza del deporte. O no.