Científica

La científica ecologista Ada Colau desea la supresión del Puente Aéreo. Sus investigaciones culminaron el martes, y el miércoles 8 de enero, hizo público su resultado. Tantos aviones procedentes de Madrid y que aterrizan en Barcelona ocasionan grandes desajustes en el medio ambiente. Si proceden de otro lugar, el medio ambiente se defiende mejor de la contaminación. Son los aviones desde Madrid los que contaminan Barcelona, de cuya ciudad es alcaldesa la eximia científica ecologista, la única investigadora española que ha obtenido el prestigioso premio «Bolonga Bolonga» que concede el Gobierno de Dahomey a los avances científicos de la zona. El cielo de Dahomey, según concluye el trabajo de la alcaldesa ecologista, no está contaminado por no existir una línea regular entre Madrid y la capital del Reino africano, Abomey. El premio «Bolonga Bolonga» – que se traduce por «Vale, Vale»-, le será entregado en solemne ceremonia el próximo 6 de julio, siempre que el hijo del actual Rey no le quite el trono a su padre, como es habitual en aquellos pagos libres de contaminación. Asistirán todos los miembros de la aristocracia y clase alta de Dahomey, como es habitual en la gala de entrega del «Bolonga Bolonga». Es posible, siempre que la agenda no se lo impida, que acuda al acto la esposa del Presidente del Gobierno, doña Begoña Gómez, experta en el desarrollo del continente negro. Para ello, se verá obligada a volar a Valencia, y de ahí viajar hasta Dahomey, con el fin de no contaminar el cielo si procede su vuelo de Madrid. Me hace mucha ilusión ese premio «Bolonga Bolonga» a mi admirada Ada Colau.

Es cierto que desde Madrid despegan muchos aviones con destino Barcelona. Y más cierto aún, que en la costa del Prat de Llobregat, donde se ubica el aeropuerto barcelonés, ha disminuido de manera alarmante la población de gaviotas piquigualdas y fumareles, y que en sus bosques y palmerales, no queda un mono. También se han visto afectados los cardúmenes de sardinas catalanas, que se distinguen del resto de las sardinas porque son más suyas que las demás. Estas conclusiones han llevado a la científica a exigir que los viajeros procedentes de Madrid usen el tren, y si forman parte de los partidarios del «desarrollo sostenible», viajen en tren o coche desde Madrid a Castellón, y de Castellón a Barcelona embarquen en un catamarán como Greta Thunberg. En lugar de Puente Aéreo con Madrid, Puente Marítimo con Castellón. Es la única manera de limpiar el cielo de Barcelona, y Ada Colau ha tenido la valentía y el coraje de denunciarlo, mereciendo, sin duda alguna, el «Bolonga Bolonga» del año 2019.

Pero no todo es positivo. Las decenas de miles de horas que la alcaldesa ecologista ha invertido en constatar que no queda ni un mono en los palmerales de los entornos de Barcelona, han contribuido a que la Ciudad Condal amanezca cada mañana más sucia y peligrosa. La investigación ecológica y el desempeño de las funciones y responsabilidades que las alcaldías de las grandes ciudades conllevan en el cargo, son incompatibles. Sabedora ya de que el «Bolonga Bolonga» obra en su poder, la inteligente alcaldesa de Barcelona haría bien en intentar la recuperación social e higiénica de la ciudad, porque compartir ambos esfuerzos, además de inhumano, es imposible.

Eso sí. Ahora que sus compañeros de Podemos han entrado en el Gobierno de España, la prohibición de viajar en avión desde Madrid a Barcelona, puede ser un hecho sin vuelta de hoja en los próximos meses. No se trata de un capricho de la alcaldesa investigadora, sino de una realidad incontestable. Los aviones procedentes de Madrid manchan el cielo, y los que vienen de otros lugares de origen, lo dejan nítido y transparente. Se me antoja poca cosa el «Bolonga Bolonga» de Dahomey. Yo, de ser ella, que evidentemente no lo soy, apuntaría al Nobel.

Y los madrileños nos tendremos que callar, porque tenemos muchísima culpa. A partir de ahora, sólo nos quedan dos opciones. O el catamarán desde Castellón o no viajar a Barcelona. De momento, he elegido la segunda alternativa.