Opinión
Bobadas, una detrás de otra
¡Hay gente pa tó! o ¡ese es tonto hasta almorzar y, después to’l día! son dichos populares muy conocidos. El primero, del genial Rafael el Gallo cuando le presentaron a José Ortega y Gasset. El segundo era reiteradamente repetido en mi pueblo. No sé por qué me vinieron a la memoria cuando leí la pregunta presentada por el senador de Compromís, Carles Mulet, proponiendo la desaparición de los sacerdotes católicos de los hospitales públicos porque «la asistencia religiosa no forma parte de ninguna rama de la medicina moderna». Conviene saber, precisó mi amigo Rogelio, que Mulet pertenece al sector de Iniciativa valenciana, el más vinculado al pensamiento comunista dentro de Compromís. Esa ideología se ha distinguido históricamente por su aversión a la Iglesia.
Recuerda la aconfesionalidad del Estado pero obvia que la Iglesia católica es la única específicamente nombrada en la Constitución. Eso sí, ni él ni ninguno de estos anticatólicos renuncia a las fiestas de Reyes, Viernes Santo, el Pilar o la Navidad, entre otras, ni piden revertirlas a laborables. Tampoco que el dinero destinado a la asistencia religiosa en los hospitales es irrelevante dentro del presupuesto público.
La verdad es que tampoco nos deben extrañar las bobadas del senador ultraizquierdista, ya que de su actividad parlamentaria destacan entre otras propuestas, la de pedir que la Cámara Alta «diera el pésame» la familia del elefante abatido en Botsuana por el rey Juan Carlos en 2012. O aquella otra de que «enviaran los restos de Franco a sus familiares y, si no los quieren, a Génova 13 (sede nacional del PP)». O la petición de que el Gobierno aclarara «cómo actuaría ante una apocalipsis zombie». ¡Y cobra cada mes!. Así es la vida.
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