Opinión

El zapato rojo

En la película «La lista de Schindler», sobre la figura del empresario alemán Oskar Schindler que salvó la vida a 1.200 judíos durante el Holocausto, aparece uno de los fotogramas posiblemente más impactantes de la historia del cine. La cinta se rodó en blanco y negro a excepción de un pequeño detalle: el abrigo rojo que vestía una niña de 3 años. La pequeña aparece dos veces en la película: la primera, caminando por una calle junto a otros judíos, escoltados por oficiales nazis. La segunda y última vez en lo alto de una montaña de cadáveres de judíos exterminados. Muchos dijeron que la aparición del color rojo era un recurso para dramatizar el relato, como si la historia necesitara de un plus de dramatización para hacerla más estremecedora. Incluso la joven que dio vida a la niña del abrigo rojo, Oliwia Dabrowska, reconoció 20 años después del estreno de la película, en 1993, que rodar esa secuencia la traumatizó de por vida.

27 años más tarde, la misma escena, pero esta vez en la vida real, se ha repetido en el lugar donde se estrelló el avión ucraniano derribado por un misil iraní.

Un zapato de niña de color rojo con un lazo en su parte superior, sobresalía entre los restos del avión siniestrado. Un abrigo rojo en la ficción; un zapato rojo en la realidad. La realidad y la ficción en el mismo plano. La condición humana las iguala. Pero la realidad debería estremecernos más. Quizá muchos desconozcan que existió una niña judía, Ligocka Roma, conocida en el gueto de Cracovia por su característica capa roja. Ella sobrevivió.