Opinión

El velo no velo

A veces, una ausencia hace más presente lo invisible. El velo no velo que desterró de su cabeza la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la Supercopa. Sin velo que cubriera su pelo, con un vestido de flores y con las mangas remangadas; así estuvo en el palco y en la entrega de trofeos. Su presencia lo decía todo. Eso sí que es normalizar la igualdad y visibilizar a la mujer, y no portadas con mujeres vistiendo burkas y sujetando camisetas del Madrid. No era fácil, pero si alguien puede hacerlo sin temor a represalias salvajes es una mujer occidental. Y realizarlo con naturalidad, sin sobreactuaciones, sonriendo, normalizando lo extraordinario y sin necesidad de justificarse. Uno de esos casos en los que una imagen vale más que mil palabras. Lo deseado es que esas mil palabras nutran los pensamientos y esperemos que los debates en el país saudí. Solo había que ver las miradas entre la incredulidad y el inevitable conformismo de los hombres saudíes que, junto a ella, también entregaban premios. Muchos lo verán como un simple gesto, pero no lo es; es grande y muy importante. Lo fácil es estar con traje y corbata como el presidente de la Federación, Luis Rubiales, el que dice que se le acercaban las mujeres saudíes por la calle para darle las gracias (que se le acercan las saudíes, dice…). Lo complicado es hacer sencillo lo difícil y visibilizar lo invisible: la mujer en Arabia Saudí. Eso sí es dar un espaldarazo a los derechos humanos y dar la espalda a quien los vulnera. Ojalá cunda el ejemplo en próximas visitas, independientemente de colores políticos.