Opinión

Dinero sangrado

Los datos son estremecedores. Los aporta el informe anual de la ONG Provea, cuyos miembros están señalados y apuntados por el régimen de Maduro y de la visitadora de Ábalos. Sólo en 2019, 574 personas sufrieron torturas en las prisiones venezolanas. De ellas, 23 fallecieron. El régimen de Maduro tiene de asesor a Rodríguez Zapatero y de principal beneficiario de su dinero sangrado de inocentes a Podemos.

Desde la llegada de Maduro al poder –no se suman los desmanes y crímenes del chavismo–, 72 personas han fallecido en las cárceles de Venezuela por torturas, con principal aplicación de la muerte a militares adversos al régimen. «Las torturas son sistemáticas» confesó desde los Estados Unidos, desertor de la tiranía bolivariana, el general Figuera, jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia, el aterrador Sebin. Entre los asesinados mediante tortura destacan un concejal de la Oposición, Fernando Albán, y el capitán Rafael Acosta. El régimen de Maduro y de la simpática visitadora recibida por Ábalos, tiene de asesor a Rodríguez Zapatero, de principal beneficiario de su dinero sangrado a Podemos y de nuevo cómplice en Europa a Pedro Sánchez.

Torturados en 2018, 109 venezolanos. También se tortura, a capricho de los verdugos perfectamente aleccionados por policías procedentes de Cuba, a presos comunes. En 2019, el 21 % de las víctimas fueron militares acusados de conspirar contra Maduro, y el 74% presos comunes y detenidos por ejercitar su derecho a manifestarse pacíficamente.

Según los desertores del Sebin, libres ya de las garras bolivarianas, coinciden sus denuncias con los informes en manos de la inoperante ONU. Y se afirma que ahora mismo, mientras escribo este artículo, están siendo torturados un número indeterminado de venezolanos en manos de los asesinos. Corrientes eléctricas en los genitales, asfixia con bolsas de plástico, violencias sexuales, violaciones físicas, y exposición encadenada a temperaturas extremas. Conviene recordar que el asesor político con proyección internacional de Maduro es Rodríguez Zapatero, los beneficiarios del dinero torturado y sangrado están en Podemos –y en el Gobierno de España–, y su nuevo cómplice en la patidifusa Europa se llama Pedro Sánchez.

Dolor y asco. El cinismo llevado a su máxima expresión. Prohibido investigar las ingentes cantidades de dinero sangrado que han financiado el desarrollo podemita, su implantación y sus medios de comunicación a pachas con el sensible régimen iraní, que lapida a las mujeres acusadas de adulterio, condena a decenas de años en prisión a las mujeres que se muestran con el rostro descubierto, y ahorca a los homosexuales por el mero hecho de serlo. Eso sí, socialistas, comunistas y estalinistas celebran con ardor la semana del Orgullo Gay, «porque hay que respetar las costumbres y las leyes de otras naciones, culturas y religiones». Cabe destacar, por si me hubiese olvidado de recordarlo, que el asesor personal de Maduro para limpiar su imagen de asesino es, en España, Rodríguez Zapatero, los principales beneficiarios del dinero torturado, sangrado y electrocutado se mueven por las altas cumbres de Podemos, y se ha subido al carro de la ignominia para permanecer en La Moncloa gracias al apoyo de sus socios beneficiados por los torturadores, Pedro Sánchez.

No obstante, los crímenes y las torturas de las tiranías comunistas e islámicas son «costumbres», simple y llanamente. Algún día se sabrán los números de los torturados y sacrificados en las cárceles de Venezuela y Cuba. Se conocerán los fríos datos del crimen. Mientras tanto, y ayudados por la parsimoniosa derecha española y europea, sólo se sabe que Zapatero es el asesor del torturador supremo, que el dinero que ha financiado a Podemos viene de torturadores, y que Pedro Sánchez, una vez más, ha rectificado y por su acuerdo con Iglesias, se alinea con las huestes de los que matan, no de los que mueren.

Y Delcy, bien, gracias.