
Opinión
Prohibido
Lo que hay que hacer, lo que hay que decir, cómo hay que hacerlo, cómo hay que decirlo, quién lo puede hacer, quién lo puede decir y sobre todo quien tiene prohibido hacer, decir, estar o existir de manera pública. En el manual de las inquisiciones de la «Señorita Pepis» hasta señalan cómo puede vestir y qué se puede poner una chica de derechas, de centro-derecha que se dice ahora. Inconcebible que la hoy responsable de cultura del Ayuntamiento de Madrid se eche una «chupa de cuero» ¡qué se habrá creído! Todo por atacar la decisión de recuperar los espacios teatrales del Matadero para el teatro. Porque la creación cultural tiene que ser libre obligatoriamente y su gestión abierta. Las administraciones debieran trabajar por el conocimiento y por saber dotar a cada manifestación cultural de un lugar adecuado. Esto que parece fácil es el verdadero reto: saber conjugar contenido y continente. En eso estábamos cuando aparecieron los atuendos y no no «estamos hablando del Milenarismo» aunque se vayan a recuperar las placas de Fernando Arrabal. Sumemos a este episodio la necesaria intervención de Jaime de Los Santos en la Asamblea de Madrid de la semana pasada. Los del «laico oficio» pueden llamar maricas o «cuelgabolsos» a los del PP, ¡claro!, son del PP. Pueden hacerlo públicamente, porque cuando estás con comisarios y Garzón y no sabes que te graban también puedes llamar «maricón» al que luego iba a ser tu compañero de Gabinete. Y así es como se van acotando los espacios de libertad por la zurda, lo de la diestra salvaje y radical es notorio así que tampoco merece más análisis. Pero ojo los que se crean libres de ser expulsados, que en todo lugar está «reservado el derecho de admisión». Ahí está Garea, un periodista que es todo lo que tiene que ser uno que se dedica a este oficio. Un tipo que con voz dulce ha sabido rastrear nuestra vida parlamentaria, analizar las referencias de los consejos de ministros, poner una sonrisa a tiempo y contar con argumentos…todo para acabar despedido en un Rodilla por un Secretario de Estado que tiene como gran aval que no era de nadie, que no es lo mismo que ser independiente. Pero que ha conseguido con una de las decapitaciones más chuscas de nuestra vida pública que Garea se convierta en un mártir al que algunos valoran desde ayer no por lo que hizo sino por quién, cómo y dónde fue cesado. Ya ni motoristas.
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