Opinión

Este gobierno o las urnas

El Gobierno decretó la paralización de toda actividad productiva obligado por la pandemia del coronavirus. Aceptada como premisa mayor esta imposición, Pedro Sánchez tiene la responsabilidad de conducir a España por el camino de los últimos decenios, los que trajeron desarrollo en sincronía con las democracias modernas. No puede caer de nuevo en la tentación de echarse en mano de comunistas y separatistas para llevarnos a sociedades como Venezuela o Cuba, que es hacia donde desean, como acertadamente Paco Marhuenda atribuía en su artículo del viernes a la ministra podemita de Trabajo, Yolanda Díaz, a las órdenes de Iglesias. Ahora, el Gobierno, como Estado, ha de darse cuenta y convencerse de que la actividad productiva es la que genera riqueza y empleo, la que con su esfuerzo contribuye al mantenimiento de los servicios públicos incluido el crítico hoy, la Salud. Tiene el Estado la obligación de un diálogo sincero y leal con los sectores productivos y los partidos de la oposición. En este punto surge la disyuntiva. ¿Debe ser el actual Gobierno el que dirija un pacto nacional para que el tejido productivo español se resienta lo mínimo posible o, por el contrario, dada su demostrada incapacidad y su falta de credibilidad en Europa y en el mundo, debe facilitar el pronunciamiento de los españoles sobre quién debe liderar esa nueva etapa? Una cosa parece clara: una alianza como la que hasta ahora ha preferido Sánchez, imposibilitará eliminar los nubarrones que hoy se perciben sobre España desde el exterior, desde donde ya no se nos mira con confianza, sino al contrario, como han demostrado estos días los paises más potentes de la UE. Nada se hizo antes de la pandemia y poco se hace ahora para seducirlos. Así es la vida.