Opinión

¿Lo hacen adrede?

Reconozco que el gobierno social-comunista no ha dejado de desconcertarme desde su llegada al poder. No esperaba yo mucho bueno teniendo en cuenta que los únicos ministros en apariencia competentes eran la señora Calviño y el astronauta. No me negará el lector que después de ver que el astronauta era incapaz de colocarse una mascarilla y que Calviño era rechazada en Europa era para inquietarse todavía más. Con todo, lo que más inquietud me despierta desde hace meses es la gestión de la pandemia. Antes del 8 de marzo, debía haber suprimido las manifestaciones feministas como potenciales focos de contagio masivo. El gobierno hizo todo lo contrario. Apoyó de la manera más sectaria y masiva aquellos actos que se saldaron con contagios como los de varias ministras e incluso la esposa del presidente del gobierno. Luego vino la gestión de la crisis y el gobierno colocó a España en el primer lugar del mundo de las actuaciones pésimas superando incluso a las naciones africanas. En el caso de las residencias de ancianos, dependientes directamente de Pablo iglesias, lo que se ha producido ha sido una catástrofe rayana en lo criminal. Habríase dicho que tras esos hechos alguna lección habría aprendido el gobierno, pero lo cierto es que se abrieron las puertas del país a los inmigrantes de África en lugar de detenerlos en las fronteras y de impedir una nueva extensión de la enfermedad. En algunas ciudades importantes de España, hay barrios donde los contingentes de esos que los cursis llaman migrantes han provocado tal desastre sanitario que se temen un nuevo confinamiento de un día para otro con toda su secuela de calamidades personales. De los aeropuertos no hablaré porque incluso Italia – que no se ha lucido precisamente en el tratamiento de la pandemia – está adoptando más medidas preventivas que España. En otras palabras, aunque es público y notorio que el actual gobierno tiene una proporción escalofriante de incompetentes, aunque no hay quien pueda dudar de que no pocos, pocas y poques ostentan una cartera ministerial más por odiosas razones de ideología de género que por capacidad de gestión y aunque resulta innegable que son el gabinete que, en todo este planeta azul, peor ha tratado la pandemia, ya tanta incuria, tanto despropósito y tanta negligencia se salen de lo humanamente comprensible. A decir verdad, yo he comenzado a preguntarme si lo hacen adrede.