Nevada

La mochila para sobrevivir al apocalipsis

¿Qué nos están sugiriendo? ¿Que vamos a tener que abandonar nuestros hogares? Pero, ¿alguien se ha preguntado a dónde iríamos? ¿Y cómo? Y, sobre todo, ¿quién va organizar la supuesta evacuación?

Alguien del Ayuntamiento de Madrid ha encontrado un remedio para todo lo que nos está sucediendo: una mochila. La capital ha sufrido durante tres semanas un temporal de nieve, hielo, viento, lluvias y frío que se suma al repunte de la Covid y la explosión de una vivienda por escape de gas, y la proposición de las autoridades ha sido que bajemos el saco de dormir del altillo. Uno duda de que los políticos sean conscientes de lo que un consejo deteriora la fe en un gobierno, aunque de lo que ya no se duda es de lo inconscientes que resultan la proposición de algunas de sus iniciativas.

Nadie debe haber reflexionado sobre el impacto que causa en el ciudadano corriente que en medio de estos avatares meteorológicos, cortes de electricidad, caídas de meteoritos y desplome de árboles, los responsables recomienden sacar del fondo del armario el macuto de las excursiones y que metamos dentro, esto es textual, una radio con pilas y una muda. ¿Qué nos están sugiriendo? ¿Que vamos a tener que abandonar nuestros hogares? Pero, ¿alguien se ha preguntado a dónde iríamos? ¿Y cómo? ¿Y cuándo? Y, sobre todo, ¿quién va organizar la supuesta evacuación? ¿Los mismos que han montado la campaña para vacunar?

Uno cree en la responsabilidad cívica de las personas, pero otro asunto es que los regidores descarguen en la sociedad la supervivencia a una hipotética catástrofe y le alarmen con una iniciativa que incluye un botiquín de Boy Scout: paracetamol, una solución antiséptica, vamos, el Betadine de toda la vida, y dos vendas, una más ancha y otra más estrecha. ¿De verdad? ¿Eso es todo? Los montañeros, que andan curtidos en supervivencia, lo primero que meten en el morral es una manta térmica para conservar el calor en altura, un cortavientos y un pantalón de agua, por no mencionar los medicamentos. Aquí lo superan mencionando un impermeable, útiles de aseo y el Adiro, o así. En caso de apocalipsis, también te advierten de que no te olvides las llaves de casa y de tener una fotocopia del deneí. Se derrumba el cielo sobre nuestras cabezas y las aguas del Manzanares se tiñen de rojo, y ¿debemos estar pendientes de si hemos sacado una fotocopia de nuestro DNI?

Más allá de la alarmante delegación de funciones que significa, comentario que ahora preferimos omitir, nadie especifica en qué lugar de nuestro hogar debemos guardar esta mochila, que, debido al actual tamaño de las casas y las facilidades de alquiler de los ayuntamientos, sin duda desencadenará abundantes discusiones entre las familias numerosas para acabar, por supuesto, olvidadas en algún lugar inalcanzable del trastero. Más que una mochila para sobrevivir a catástrofes, para eso están los EE UU, ¿no?, lo que necesitamos es una mochila para sobrevivir a los políticos.