Inés Arrimadas
La nueva “arrimada” de Inés
Arrimadas decía hace escasamente cinco meses que “presentar una moción de censura en plena pandemia es una irresponsabilidad
Decía hace escasamente cinco meses Inés Arrimadas a Ana Pastor en la Sexta que “quien quiera poner en duda la estabilidad de los gobiernos tiene un problema moral” y añadía que “presentar una moción de censura en plena pandemia es una irresponsabilidad. Se esta muriendo gente que ha votado a todos los partidos…” Palabras de la presidenta de Ciudadanos en plena pandemia con la que sostenía una clara posición política que al parecer ahora ya no le sirve teniendo en cuenta que en pandemia seguimos y visto el “bombazo” político que suponía ayer mismo el anuncio de ruptura con el PP en Murcia para, vía moción de censura cambiar de pareja de baile “arrimándose” al PSOE en lo que la propia Arrimadas en otro tiempo habría calificado de “problema moral” dentro de sus propias filas. Es lo que tienen las fonotecas y las hemerotecas con muchos de nuestros políticos, que con independencia de que sus contradicciones estén ya más o menos asimiladas por la opinión publica -de ahí gran parte de la desafección- siempre acaban poniéndose en evidencia, nunca explican el porqué del “donde dije digo…” y desconocen la sensación de calor que produce el rubor en las mejillas.
La presidenta de Ciudadanos tan empática otras veces con los periodistas abandonaba ayer el Congreso de los diputados negándose a efectuar declaración alguna sobre la decisión de su partido en Murcia y en un inédito ejercicio de funambulismo tiraba de “cogobernanza” al señalar a los dirigentes regionales de su formación como únicos interlocutores a la hora de valorar un asunto tan “menor” como es la ruptura de un pacto de gobierno autonómico para mantenerse en el mismo con distinto socio pero además asumiendo la presidencia, por no hablar del criterio que obliga al entendimiento con la extrema izquierda podemita en el caso del ayuntamiento, ya saben, la otra moción del “pack”.
Ciudadanos llegó con la vitola de “nueva política” al albur de dos banderas, la anti independentista que le ha sido ya arrebatada en Cataluña sencillamente porque el uso que hizo de ella resultó inane y la de la regeneración frente a la corrupción que acogotaba al PP. Hoy sin embargo es una formación que, además de no tener claro “que quiere ser de mayor” muestra como único síntoma las brazadas desesperadas del pánico por ahogarse. Madrid con aires electorales puede poner de manera definitiva a cada uno en su sitio. Nuevo reparto de cartas.
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