«Puntualizando cosas»

Sabido es que «el tiempo vela y desvela…» y, por ello, los hechos acaban por mostrar sus perfiles más precisos transcurrido un tiempo. Eso podemos decir respecto a los autoindultos concedidos por Sánchez. Hablar de reconciliación, diálogo, reencuentro y, más aún, del tiempo de la concordia y el perdón frente al de «la venganza y la justicia», ha sido nada más –y nada menos– que cumplir con la exigencia de ERC para seguirle dando oxígeno a su Gobierno.

Para los ingenuos, incautos o sencillamente gentes de buena fe que se creyeron la patraña sanchista del perdón, especialmente tras leer la nota de los obispos, ha llegado la hora del desvele. Lo triste y preocupante es que quienes tienen el deber de contribuir a «ser luz en las tinieblas», confundan a las conciencias. Hay quienes han llegado a creer que no serían buenos cristianos si no perdonaban a los secesionistas condenados hasta «setenta veces siete».

La cuestión es que el Evangelio habla de perdonar sin límites, pero a quien solicita ser perdonado, y no consta –sino todo lo contrario– que éste haya sido el caso. Sánchez lo ha agradecido en la misma semana «con la eutanasia y la Ley Trans». Todo muy evangélico.

Por ello, son muy de agradecer pronunciamientos públicos «puntualizando cosas», como los de los Arzobispos Jesús Sanz Montes de Oviedo, Francisco Cerro de Toledo, o el valenciano Cardenal Antonio Cañizares, ayer mismo en este periódico. Era y es preciso hacerlo: Al César «sólo» lo que es del César.