Cuba
Viva Cuba libre
En cuanto a las penosas acrobacias del sector teóricamente convencional del gobierno, busquen las declaraciones de Nadia Calviño.
Nos ponemos farrucos con las críticas de Podemos a la democracia española y olvidamos que la alegre muchachada opina que lo de Cuba no es una dictadura. Todo lo más sería una democracia socialista. Pero como recuerda el profesor Rafael Arenas García, lo que no es democracia liberal es democracia popular y/o orgánica. O sea, necrosado simulacro. No en vano el artículo quinto de la dadaísta Constitución cubana expone que el Partido Comunista es único y luego, además, martiano, fidelista, marxista, leninista y etc. En cuanto a las penosas acrobacias del sector teóricamente convencional del gobierno, busquen las declaraciones de Nadia Calviño. Los sucesos en Cuba, el levantamiento popular de estos días, permiten deslindar el fanatismo de los iluminados del oportunismo de los trepas y los burócratas. Desde lo que resta del PCE, abonado a todos los momios reaccionarios imaginables, dan vivas a un régimen con presos políticos y desaparecidos, sin elecciones ni libertad de prensa. Equiparan el poder de las empresas con el de una casta entronizada desde hace 60 años. Critican la monarquía parlamentaria española y celebran una sociedad corrupta, vapuleada y tumefacta, que elige el miedo frente a la razón y asocia la libertad con el guión de una mala película de Hollywood que toca censurar en beneficio de un cuerpo social necesitado de prótesis. Si la suya no es una actitud colonial y/o racista que venga Iñigo Errejón y vuelva a explicarnos, suma cero, lo de las tres opíparas comidas al día en Venezuela. En cuanto a los trileros del PSOE, el guión hace acopio de todos los tópicos imaginables, cenando indigestas ruedas de molino como quien zampa caramelos y evitando tasar por su nombre a un Gobierno de criminales. Yo ya imagino que el sector podémico no tiene arreglo. Sus palabras son coherentes con la mísera idea que tienen del Estado de Derecho. Pero los socialistas deberían de mirarse un poco tanto ridículo. Aunque sólo sea por mantener la cabeza erguida en cuanto Pedro los liquide en beneficio de los próximos e inevitables subalternos. Repitan conmigo. No cuesta tanto decirlo: Viva Cuba Libre.
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