Tomás Gómez

Las apuestas personales de Sánchez

El Tribunal constitucional ha fallado estimando parcialmente el recurso de inconstitucionalidad presentado por Vox contra el decreto de estado de alarma, generando gran controversia en varios frentes.

La primera cuestión sobre la que se ha puesto el foco es sobre si hay que devolver el importe de las más de un millón de multas correspondientes a las denuncias realizadas por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado por no respetar el confinamiento.

No solo están en juego varios millones de euros que han sido recaudados sino la posibilidad de que se derive responsabilidad patrimonial del Estado.

En segundo lugar, se trata de un varapalo a la credibilidad de Sánchez en el momento más delicado desde que llegó a Moncloa.

Pero también hay controversia entre juristas. Pilar Llop, en calidad de ministra, pero sin obviar su condición de jueza, ha salido a defender la gestión del gobierno aunque haya sido en una intervención sin preguntas.

Habrá una estrategia de comunicación coordinada para justificar las decisiones de Moncloa, pero le ha tocado a Llop salir a dar la cara. Algo incómodo, dado que todo apunta a que es la persona elegida por Sánchez para encabezar la candidatura socialista de 2023 frente a Díaz Ayuso.

Sin duda, su nombramiento como ministra está relacionado con esos planes. Su visibilización como presidenta del Senado ha sido más bien escasa aunque no ha sufrido desgaste porque no ha llegado a pisar ningún charco reseñable.

Iniciar su andadura ministerial arriesgando en situaciones confusas como esta no es saludable, porque el salto al gobierno suele ser una oportunidad magnífica para proyectarse pero, si se sufre desgaste, es la manera directa de desaparecer.

En el caso de Llop, las controversias y los errores van a ser utilizados no solo por la oposición política sino por algunos que intentan quedarse con los restos del naufragio que ha sufrido el socialismo madrileño.

En la capital se han iniciado varios movimientos que tienen como objetivo ser el cartel electoral. De una parte, la delegada del gobierno en Madrid, Mercedes González, es la candidata de Rafael Simancas, del que no se sabe si lanza a la candidata para que gane o la utiliza para asegurar su propio hueco en las listas al Congreso que vienen después.

Por otro lado, el alcalde de Fuenlabrada, flanqueado por las regidoras de Alcorcón y Getafe, ha iniciado su campaña interna. Sus posibilidades son escasas y sus adversarios serán contundentes contra él si le llegan a considerar de riesgo.

Sánchez destrozó el PSOE de Madrid y eso requiere algo más que bajar un ministro, o dos si se tiene en cuenta que debería terminar el ridículo espantoso que están haciendo los socialistas en el Ayuntamiento de Madrid.

Si realmente ha llevado al ejecutivo a sus apuestas personales para Madrid, Valencia y Aragón, no lo tiene fácil teniendo en cuenta su propensión a sacrificar a su equipo en cuanto las cosas le van mal y todo pinta que los problemas van a ir creciendo en número y en gravedad.