Educación

Religión de la Agenda 2030

De conformidad con lo dispuesto en la conocida como Ley Celaá, corresponde a la Conferencia Episcopal española establecer el temario de la asignatura de Religión para la educación Infantil, Primaria y ESO. El borrador del temario ha sido conocido al hacerse público con ocasión del preceptivo trámite de consulta a la comunidad escolar. Con las cautelas debidas al tratarse de filtraciones y no tratarse todavía del texto definitivo, sí es preciso resaltar la perplejidad y preocupación derivada por lo conocido de su contenido. Tal parecería que es más propio de lo que correspondería a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, de conocida memoria al plantearse precisamente como asignatura alternativa a la de Religión.

Se destaca que pretenden formar a los niños y niñas para convivir en una sociedad con diversidad de religiones y plural y, en consecuencia, todo su redactado es acorde con el lenguaje inclusivo, aunque de momento no parece que aluda también a adolescentes, adolescentas, jóvenes y jóvenas, y confiemos que no progrese adecuadamente por ese camino.

El borrador del temario afirma querer educar y formar en el conocimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, lo cual ya contribuye a aumentar la perplejidad inicial. En consecuencia, no podía faltar el ecologismo integral en esa formación tan moderna que se pretende impartir a nuestros hijos, hijas, nietos, nietas y nietes. De momento, la ideología de género no consta se incluya en el borrador, pero habrá que permanecer atentos a la pantalla.

Parece razonable y adecuado que se forme a las futuras generaciones para vivir en una sociedad como la que previsiblemente encontrarán cuando sean personas y ciudadanos responsables en su edad adulta. Aunque sin olvidar que la misión de la Iglesia que fundó Jesucristo es ser luz y sal del mundo para iluminar en las tinieblas e impedir su corrupción. O sea, para «vivir en este mundo, pero sin ser de este mundo». Los padres que eligen para sus hijos e hijas la asignatura de la Religión católica, se supone desean que se les enseñe los fundamentos, historia y doctrina de la fe católica, para que esa formación les ayude a ser buenos ciudadanos en una sociedad plural. Pero no al revés; es decir, educarles para ser buenos ciudadanos aceptando los principios y valores mundanos. Para eso está la otra asignatura alternativa o, más propiamente, la asignatura que enseña el hecho religioso desde una perspectiva no confesional. Las otras confesiones, en el marco de los acuerdos que hayan suscrito con el Estado, educarán en la religión musulmana, cristianismo no católico, judíos, etc.

Está muy bien formarse en la ecología para preservar nuestro planeta a fin de hacerlo sostenible, pero no venerándolo cual Madre Tierra siguiendo los 17 ODS de la Agenda 2030, sino más bien conociendo y cumpliendo los 10 Mandamientos de la Ley de Dios. Parece que es lo que procede se enseñe a los alumnos cuyos progenitores desean se les forme no sobre agendas, sino acerca del catecismo católico.