Princesa de Asturias

Yo, Leonor

Qué barbaridad, qué se ha hecho, que le van a llegar las cejas al nacimiento del pelo

Vds ya me vieron en Asturias. He pegao estirón, tengo las piernas que soy Norma Duval, y se me está poniendo la voz de Rosa María Mateo. Es decir, que me está sentando Gales que estoy mutando en un segunda línea del Cardiff Blues. Ha dicho mi padre a la prensa que lo que más echo de menos de España es la comida. Pues miren, es verdad. Hoy, que estoy de cumpleaños en Madrid, me tomaba yo un par de torreznos y una cañica de Mahou, dos provechitos en voz alta, y me quedaba más ancha que larga. Estos días con Altibajos, sin embargo, he vuelto a la sopa de agua de fregar con cosas verdes flotando. Y luego me ha puesto caballa, porque en esta casa se come caballa que voy a acabar con una gota como Carlos I, por el amor de Dios. Está, por cierto, el palacete muy animado. Se va una un cuarto de hora y aquí ha pasado de todo. Altibajos se ha quitado la mascarilla y es Diana, la de la serie de los lagartos alienígenas. Qué barbaridad, qué se ha hecho, que le van a llegar las cejas al nacimiento del pelo. El otro día en Oviedo estuvo seca como un ajoporro con la yaya, que es que no había manera de que le hiciera un poquito de caso. Yo creo que, además de su proverbial simpatía, estaba tensa pensando que servidora iba a tropezar leyendo, porque si llego a tropezar leyendo, a esa mujer le da un tantarantán allí mismo. Que por un momento pensé: Y si pego un petardo gordo, aunque sólo sea por verle la cara. Y si me encallo, me lío, me salto dos o tres renglones de golpe, y acabo hablando inglés como Pedro Almodóvar. Ay, sólo de pensarlo se me venía una risa tan grande que se me oxidaban los pendientes. El caso es que hoy cumplo dieciséis y seguro que me tienen algo preparado. Lo mismo en vez de caballa, me dan japuta a la plancha, así como tirando la casa por la venta. ¡Si yo lo que quiero es un vestido como el de mi prima Victoria Frigorífica, el que llevó la otra noche en Sevilla, enseñando pierna! Les dejo, que tengo que soplar.