Pedro Sánchez

Lo que trae septiembre

La reducción del IVA del gas del 21 al 5% supondrá un respiro para nuestros bolsillos, aunque no deje de ser una propuesta del PP que hace suya el Gobierno, a la desesperada

Limones en Novales, lagartijas pitiusas, sol y kilómetros de Atlántico reparador, el blanco familiar de Alcalá de los Gazules, aventuras en Karts, a lomos de caballos cartageneros y siempre, la mejor compañía… No le podía pedir más a agosto.

Arranca septiembre, el mes que nos revuelve la conciencia y el estado de ánimo. Septiembre de los propósitos bienintencionados, de retomar rutinas, de no tirar la toalla, en un intento de mejorarnos.

En mi caso, los nervios ante una nueva temporada laboral duran apenas unas horas: enseguida me rodean los compañeros y me arrastra un mar de noticias, prisas, compromisos, responsabilidad y adrenalina. Después de todo, esta profesión que me consume es la misma que me mantiene enganchada a la vida, expectante, ilusionada.

Echaré mucho de menos, en la radio de septiembre, la opinión sabia y equilibrada de don Fernando Ónega, que ha decidido dejar los micrófonos a sus 75 años. Más que ganado el descanso, querido Fernando. Le toca ahora eso que él mismo ha resumido en cinco palabras, «recordar que se puede vivir». Nada más y nada menos. Nuestro colega ilustre se retira, pero sin duda seguirá, desde la distancia tranquila, este mes de borrascas intermitentes, que viene empinadísimo allá por donde mires.

Para España, en lo sanitario, septiembre traerá vacunas adaptadas a las nuevas variantes del coronavirus, en una campaña que coincidirá con la de la gripe.

En lo educativo, los manuales ya incluirán en sus páginas los efectos de la nueva LOMLOE que provocará, entre otros atropellos, que el español desaparezca como lengua vehicular -ya lo confirma el gobierno catalán- o que los alumnos puedan obtener el Bachillerato con una asignatura suspensa.

Mucho me temo que seguiremos preocupados por la inflación y por las tensiones geopolíticas y que nos salpican, en el día a día. La reducción del IVA del gas del 21 al 5% supondrá un respiro para nuestros bolsillos, aunque no deje de ser una propuesta del PP que hace suya el Gobierno, a la desesperada.

Pedro Sánchez, a pesar de éste y de otros aciertos, tiene un problema, y lo sabe: cae mal. La imagen distante que proyecta, más las contradicciones de su discurso y la alianza obligada con partidos independentistas le han llevado a este punto. ¿Cómo conseguir que caiga bien? Se lo preguntan socialistas con mando local y regional, nerviosos ante sus próximas citas electorales. Para empezar, el presidente del Gobierno podría cambiar de hábitos, aprovechando el inicio de temporada: debería pecar de transparencia, conceder regularmente entrevistas a todos los medios –no solo a los de siempre–, acercarse a la calle. Aguantar el chaparrón y sorprender con iniciativas que unan a los españoles. Si no resetea en septiembre, sufrirá mucho más que tú y que yo.