Política
Las ventajas, ¡sí!, del protocolo
«El objetivo último del protocolo es facilitar las cosas y que cada uno sepa lo que tiene que hacer en cada momento»
Miguel Solano Aza (1922-1972), diplomático, embajador de España en Francia y Chile, explicaba que «el protocolo está concebido para facilitar las cosas, para que cada uno sepa lo que tiene que hacer en cada momento». Hay normas, claro, y algunas pueden parecer extrañas o absurdas, pero permiten que sea posible –y que además parezca incluso fácil– lo imposible. Los funerales de Isabel II, el mayor espectáculo moderno nunca visto, han confirmado la validez de la teoría. Edward Fitzalan-Howard, duque de Norfolk y conde-mariscal, encargado de las exequias reales, ha hecho un trabajo impecable. La coincidencia en la misma fila de los Reyes Felipe y Juan Carlos, por incómoda que fuera para algunos/as, solo pudo sorprender a los más ignaros y, además, era la fórmula más natural, la más sencilla y la más útil. Son las ventajas del protocolo, incluida la de echarle la culpa.
El Gobierno de Pedro Sánchez, con especial gravedad en la parte «podemita», es alérgico conceptual al protocolo, excepto cuando el presidente figura en primer lugar en el orden de prevalencia, algo que también les sucede a la mayoría de titulares ministeriales cuando son las «prima donnas» del evento de turno. Los recelos ideológicos al protocolo –el de la República francesa también es alambicado y barroco– del Gobierno generan problemas frecuentes. La salida de pata de banco del ministro Escrivá al pedir una recentralización –con todas las letras– de impuestos, más allá de una opinión personal, es un error garrafal de protocolo, como los innumerables requiebros de Díaz, Montero o Garzón al Gobierno del que forman parte. Una manera de hacer todo difícil y que se note, además de enarbolar la bandera fiscal demagógica de perseguir a los ricos y, sobre todo, a los menos ricos. Sánchez, que hubiera disfrutado en el funeral de Isabel II, se fue a ser protagonista en la Asamblea de la ONU, en donde sí respetó el protocolo de la organización. Luis Garicano, ex-eurodiputado de Ciudadanos, advertía ayer en el Financial Times del peligro de «iniciativas atroces» y de «políticas irresponsables de gasto» si se retuercen los protocolos monetarios del Banco Central Europeo, alumbrados para que todo sea más fácil, que diría el embajador Solano.
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