OTAN

El Ártico y la OTAN

Por el momento la OTAN impera en Europa y en el Ártico y Rusia tiene gran influencia en ambos escenarios, veremos que sucede tras la guerra en Ucrania

Con la esperada integración de Suecia y Finlandia en la OTAN, esta organización pasará a tener siete de las ocho naciones llamadas «árticas» y una influencia importante en ese escenario de competencia actual y posible conflicto en el futuro por la explotación de sus recursos naturales y por el uso marítimo comercial de la llamada «ruta del Norte» o ruta del Ártico si se produce el deshielo de parte de la banquisa ártica.

Quizá por casualidad, en abril de este año, después de la invasión rusa del Este de Ucrania, se realizó el mayor ejercicio de la OTAN en el Ártico en 30 años bajo la dirección de Noruega. El ejercicio que reunió a 27 países y unos 30.000 soldados de la Alianza, entre ellos España, demuestra el grado de volatilidad geopolítica que se ha alcanzado en aquel mar.

En 1996 y en plena distensión después de la disolución de la URSS se creó el Consejo Ártico en Canadá que reunió a las llamadas, a partir de entonces, «naciones árticas», que además de Canadá, lo constituyen Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia y los Estados Unidos. Como vemos, a corto plazo, siete naciones árticas serán también miembros de la OTAN.

Las decisiones del Consejo Ártico se toman por consenso, es decir por unanimidad, por lo que teniendo en cuenta el conflicto actual en el Este de Europa no parece viable ni operativo que pueda acordarse decisión alguna o abordarse tema de discusión alguno en el Consejo.

Además de los miembros del Consejo, países por los que discurre el círculo polar ártico, hay también países no árticos observadores en el Consejo, como Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, España, Países Bajos y Polonia, países europeos por estar más cerca del Polo Norte que del Ecuador y miembros observadores como China, India, Japón, Corea del Sur y Singapur, éstos son países asiáticos con intereses geopolíticos, a veces distintos, en el mar Ártico.

La Unión Europea solicitó hace años ser miembro permanente del Consejo Ártico, pero dificultades con Canadá han bloqueado por el momento ese intento. Detrás de esta decisión probablemente esté el hecho de que, según el derecho internacional del mar, los Estados ribereños del Ártico pueden gestionar los recursos naturales en el lecho y subsuelo marino dentro de las 200 millas náuticas de su plataforma continental. Por si fuera poco, la Convención del Mar permite ampliar hasta las 350 millas náuticas o más si se acredita que la plataforma continental del Estado ribereño se extiende más allá de las 200 millas náuticas.

Los otros Estados observadores y entidades internacionales, sin conexión con el Ártico, se oponen a esta aplicación del derecho del mar en las aguas de aquel mar ya que según la mayoría de ellos el Ártico debería ser considerado un bien global común.

Rusia es el Estado ártico con la huella ártica más grande y a pesar de ello desde 2014, precisamente, apoyó la penetración de China en el Ártico lo que pone de manifiesto la convergencia de intereses, por muchas razones, de Rusia y China en la región, aunque los tengan divergentes en otras áreas. Según algunas fuentes, el 50 % de las reservas potenciales de petróleo y el 70 % de las de gas natural en el Ártico está en áreas de soberanía rusa.

Por otro lado, la Ruta del Mar del Norte está controlada principalmente por Rusia y su principal socio y beneficiario es China. La ruta de Shanghái a Rotterdam a través del Ártico es más corta y segura que la del Océano Índico. Los dos países disponen de buques rompehielos, alguno con propulsión nuclear, lo que les permite predominar en la «Ruta del Norte». Aunque fuera solo por eso, serían socios estratégicos en otros aspectos, entre ellos la guerra en el Este de Ucrania.

Sin embargo, para India, la otra gran potencia demográfica con proyección inmediata de convertirse en potencia global, esta ruta es más larga que la del Índico por lo que no es una prioridad para ese país, aunque defiende que el Ártico sea patrimonio común de la Humanidad.

Muy probablemente, las potencias demográficas como China e India, por encima de 1300 millones de personas, serán junto con los EEUU las potencias del siglo XXI. Solamente la Unión Europea, que supera en población a éstos últimos, podría serlo también, pero para ello la UE tiene que realizar unos cambios políticos que no se vislumbran en el horizonte próximo. Por el momento la OTAN impera en Europa y en el Ártico y Rusia tiene gran influencia en ambos escenarios, veremos que sucede tras la guerra en Ucrania.

Luis Feliu Bernárdez. General de brigada (r). Academia de las Ciencias y las Artes Militares.