Política

Coaliciones peligrosas

«Pedro Sánchez es presidente del Gobierno y Mañueco lo es de la Junta de Castilla y León gracias a sus amistades peligrosas»

En el año 2015, los españoles alcanzaron un alto grado de agotamiento con los dos grandes partidos. La crisis financiera que empezó en 2008 y los insufribles casos de corrupción de la época facilitaron el nacimiento de opciones políticas alternativas que terminaron con el denostado bipartidismo. Podemos entró en las instituciones con una fuerza inusitada, hasta dejar al PSOE muy cerca de perder la supremacía en ese lado de espectro político. Después, Ciudadanos llegó a liderar los sondeos en 2018, justo antes de la exitosa moción de censura que elevó al poder a Pedro Sánchez. Pudo dar el sorpasso al PP, pero se derrumbó al tiempo que ascendía Vox para solidificarse como representante de la derecha populista. Con tantos cambios en el paisaje político, los resultados de las elecciones han obligado a conformar gobiernos de coalición, y está visto que las coaliciones las carga el diablo, como hemos comprobado en los últimos días.

Podemos y Vox son partidos políticamente muy alejados, pero comparten algunas características. Ambos son extremistas y populistas, ambos son la parte minoritaria de una coalición, ambos utilizan formas altisonantes de defender sus postulados radicales, y a ambos les gusta llamar la atención porque, en caso contrario, en política no existes. Y los partidos con los que comparten gobierno ocupan buena parte de su tarea diaria en apagar los incendios provocados por sus socios.

En el Gobierno central, el último caso lo ha protagonizado la secretaria de Estado de Igualdad, que bromeó sobre las rebajas de condena a delincuentes sexuales, en aplicación de la ley del «solo sí es sí» que alumbró no solo su ministerio, sino el Consejo de Ministros al completo.

En la Junta de Castilla y León, el PP sufre ahora las consecuencias de su deseo irrefrenable de gobernar a cualquier precio pactando con Vox, con la aquiescencia de Feijóo. Y Vox actúa por libre, porque está en su naturaleza.

Pedro Sánchez es presidente del Gobierno y Mañueco lo es de la Junta de Castilla y León gracias a sus amistades peligrosas. Las urnas de 2023 nos dirán si estas coaliciones siguen siendo del gusto del votante.