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Cumplir

Creo en Dios. Mira que me lo he negado muchas veces. Mira que he tratado de borrarlo. Pero no puedo. Encuentro mucho consuelo y me da pena la gente que no lo localiza

Señoras y señores, hoy cumplo un añito más. Cincuenta y seis, para ser exactos. Así que, hace rato que soy invisible, soy mayor, soy una señora que ya no tiene ni idea de lo que pasa en el mundo y los treintañeros me tratan como a una disminuida. Ni les digo los de veinte. Así que, hoy, estoy haciendo un poco de inventario. Pues miren, no estoy casada. Y me alegro. Tuve la cabeza suficiente como para no cagarla con el primer caballero que pasó por mi puerta, y me congratulo. Me he guardado mucho para ir ligera de equipaje por la vida, para poder salir de cualquier sitio con un par de maletitas, sin papeles, sin ataduras. Y creo que no me he equivocado. No me he comprado una casa. Lo hice y la vendí. Vivo de alquiler. Todos mis amigos me dicen que estoy tirando el dinero. «Con lo que pagas podrías pagar una hipoteca». Ya. Pero no. No he tenido hijos. Ni me siento menos mujer, ni menos completa, ni he estrangulado instinto alguno. Disfruto con mis ahijados, me dan amor y se lo doy. Mis amigos son mi familia. Todo lo que hay a su alrededor son líneas rojas para mí. Los necesito. Me necesitan. Son lo que más me gusta de mi vida. Tengo un perrillo adoptado. He aprendido muchas cosas con él, entre otras, que hay mucha gente gilipollas que debería comportarse como los chuchos. Mi madre vive. Trato de hacerle la existencia mejor. No lo consigo muchos días, pero el rato que lo logro, me siento bien. Y creo en Dios. Mira que me lo he negado muchas veces. Mira que he tratado de borrarlo. Pero no puedo. Encuentro mucho consuelo y me da pena la gente que no lo localiza. Se vive mejor con fe. Rezo. Pienso en muchas personas. En las que me hicieron mal, también. Pero en las que me hacen feliz, pienso a diario. Hace unos años, me daba miedo pensar en la muerte, pero ya no. Hombre, preferiría que todo fuera amable, pero ya no me da el vértigo que me provocaba antes. Y ahora me voy a poner labio, me van a suavizar las arrugas del cuello y, que me sujeten , porque lo mismo me inicio en el yoga. Miedo me doy.