Catódico y sentimental

Almudena

A todas ellas tocará cantarles el jueves el himno de su onomástica: “Quien cada 9 de noviembre, como siempre sin tarjeta, la (sic) mandaba un ramito de violetas”

Mi mayor hallazgo vital lo hice de niño cuando le dije a mi madre “¡Mira qué casualidad: yo me llamo Manolo; mi padre, Manolo; mi abuelo, Manolo; y el peluquero, Manolo!” Aunque sospecho que es más curioso llamarse Almudena: de hecho, la tercera que conocí, después de mi madre y mi hermana, fue a Almudena Ariza, la mítica corresponsal de TVE, por la tele. Otra Almudena que siempre estuvo presente en casa fue Atocha-Grandes, de quien mi progenitora fue devota lectora hasta que se puso con los interminables episodios de la guerra. Por cierto, pocos saben que la escritora-estación era prima hermana de los Matamoros. Aunque no creo yo que Kiko y Coto, con ese apellido, sean muy partidarios del nombre de la patrona de Madrid, de evidente origen árabe: significa “hallada tras la muralla” por aquella tallita de la Virgen que encontraron tras la fortaleza musulmana de la capital. Las otras “Almus” que llegaron a mi vida (aquí en el sur somos más de Macarena) también fueron gracias a la tele: Almudena Cid, que recientemente estuvo en lo de Joaquín, y Almudena Amor, que el día de Leonor (el trono y el altar) dijo que la Monarquía le aburre y le parece vieja (¡pero si acaba de cumplir la mayoría de edad!).

A todas ellas tocará cantarles el jueves el himno de su onomástica: “Quien cada 9 de noviembre, como siempre sin tarjeta, la (sic) mandaba un ramito de violetas”. Qué bella y sutil forma tuvo Cecilia para hacernos saber el nombre de la protagonista de su canción. No así el suyo: se llamaba Evangelista pero celebraba su santo el día de la patrona de la música, el 22 de noviembre, una fecha en cuyas vísperas este periódico festejará su 25º aniversario; y un día antes, el 20, se reestrenará ‘Operación Triunfo’ en Prime Video (Me pregunto si hoy se podría cantar ‘Un ramito de violetas’, que narra ese amor tan tóxico y heteropatriarcal, en este programa de tendencia woke donde ya censuraron la “mariconez” de Mecano; bueno, quizás si “quien te escribía a ti versos” era Luis García Montero, sí, porque sería progresista). En fin, una pura casualidad de fechas y nombres, aunque incomparable con aquella tarde en que mi peluquero, Manolo, ya jubilado fue al programa de Juan y Medio… y lo arrejuntaron con una tal Manoli.