Atentos

Inmersa en el libro «El valor de la atención», aparecen distracciones a los 3 minutos de empezarlo que confirman lo que leo. ¡Qué difícil es ahora concentrarnos en una sola cosa! Este libro expone de manera contundente cómo estamos siendo influenciados por fuerzas poderosas que se dedican a socavar nuestra atención. Me refiero a las grandes compañías tecnológicas, las famosas big tech. Han creado un problema sistémico que nos afecta a todos: manipulan nuestra atención sumergiéndonos en un caos de distracciones. Johann Hari, su autor, advierte: si no cambiamos de rumbo, corremos el riesgo de crear una sociedad dividida: una parte minoritaria consciente de los peligros para su atención y el resto de la sociedad con menos recursos para resistir la manipulación, se verá atrapada en el mundo virtual, manipulada y controlada. ¿Los que más preocupan? los jóvenes.

El autor propone dejar de ir tan rápido, sobrecargando nuestras capacidades cognitivas, y aprender a movernos a una velocidad compatible con nuestra naturaleza humana. Y es que es algo serio: necesitamos recuperar nuestra atención y concentración. Según algunos de los últimos estudios publicados, los adolescentes solo son capaces de concentrarse en una tarea durante sesenta y cinco segundos, mientras que los adultos apenas pueden aguantar tres minutos. La velocidad destruye la atención. El libro menciona estudios que demuestran que los adolescentes y adultos jóvenes creen poder seguir simultáneamente seis o siete medios de comunicación distintos, e incluso mantenerse a salvo si conducen y contestan un mensaje, pero no somos máquinas. Nos estamos enfrentando a una «tormenta perfecta» que está degradando nuestra capacidad de pensar. Podemos ignorar nuestras limitaciones fundamentales y pretender que somos capaces de todo lo que deseamos, o reconocerlas y vivir una vida más consciente protegiendo nuestra atención en un mundo lleno de distracciones. Y ojo que ya están alertando pediatras de Atención Primaria del aumento en sus consultas de niños con retrasos en el lenguaje por la crianza con pantallas.