Sin Perdón

Baleares, otro disgusto para Sánchez

«Los votantes han conseguido acabar con el gobierno catalanista y sectario de Francina Armengol»

El inquilino de La Moncloa no gana para disgustos, aunque luce una encomiable sonrisa de oreja a oreja. A pesar de ello, la procesión va por dentro. Las fichas van cayendo y acabarán por completar el cambio en el poder territorial en beneficio del centro derecha. Ahora le ha tocado a Baleares, donde PP y Vox han alcanzado un acuerdo que permitirá la investidura de Marga Prohens y, sobre todo, podrá gobernar en solitario. Los votantes han conseguido acabar con el gobierno catalanista y sectario de Francina Armengol. Ahora tendrá un retiro dorado como diputada al Congreso. No le motiva trabajar de farmacéutica, aunque al menos tiene una profesión. Por cierto, sucedió a José Ramón Bauzá que también es farmacéutico. Nunca he entendido que una mallorquina como Armengol, aunque estudió en Barcelona, quiera que Baleares sea un apéndice de Cataluña. Eso de los Paísos Catalans es una enorme chorrada histórica y cultural. Hay que alegrarse por el regreso de un gobierno del PP. Es la demostración de que el centro derecha puede alcanzar acuerdos que garantizan la estabilidad, la coherencia y la transparencia.

A pesar de los intentos de la izquierda política y mediática de estigmatizar los pactos con Vox, la realidad es que reflejan la voluntad de los ciudadanos. Por supuesto, nada que ver con las repugnantes alianzas con los comunistas y los antisistema o el apoyo parlamentario de los independentistas y los herederos de ETA. Sánchez no consiguió el pacto con Ciudadanos y no quiso intentar un gobierno de gran coalición con el PP como sucede en Alemania. Feijóo ha demostrado que puede pactar con el PSOE para impedir que Barcelona cayera en manos del independentismo mientras los socialistas alcanzaban acuerdos con ERC en las diputaciones y ayuntamientos catalanes. Por supuesto, impidió que los filoetarras consiguieran alcaldías. Con Vox ha buscado diversas fórmulas siempre desde la coherencia y el respeto a la voluntad de los votantes. La izquierda seguirá con su campaña de «que viene el lobo» mientras aplaude que un posible gobierno de Sánchez sea con los que quieren acabar con la Constitución y romper España.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)