Iñaki Zaragüeta

¡Ay Carmena, ay Carmena!

La Razón
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Aeropuerto de Madrid. Los viajeros del vuelo de IB6253 se disponen a entrar en el avión rumbo a Nueva York. Fecha 3 de septiembre. Como corresponde, dos filas de acceso. Una para la clase turista, otra para primera. Los de turista advierten en la misma cola, a la espera de su turno, a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, circunstancia que produce admiración por predicar con el ejemplo y ser consecuente con las proclamas oficiales de su partido.

Pero ¡hete aquí! que, una vez en el interior, la admiración provocada unos minutos antes por la «ejemplar» alcaldesa se torna en asombro y crítica porque su asiento corresponde a la primera clase. La primer edil de la primera ciudad de España se había mofado de todos los ciudadanos allí presentes.

En mi opinión, Carmena debe viajar en primera, más aún si se trata de un vuelo transoceánico y a su edad. Así debe ser para la alcaldesa de Madrid. Sin embargo, su conducta es manifiestamente condenable por varios motivos. Uno, porque su partido y adyacentes fueron inmisericordes con políticos del Partido Popular –ejemplo Rita Barberá– por haber ido en primera. Demuestra además mala conciencia al adoptar una postura falsa en lugar de afrontar la verdad. Y por elegir el peor camino al suscribir aquello «la decisión más difícil que un político debe tomar es si ser un hipócrita o un mentiroso». Ella optó por las dos.

Lo curioso es que las redes sociales no ocuparan de su caso. Imagino cómo hubieran ardido y la que hubieran liado si se hubiera tratado de un cargo del PP. Así es la vida.