Asamblea de Madrid

Comisiones de humillación

La Razón
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Nuestra Constitución establece en su artículo 76: «El Congreso y el Senado, y en su caso ambas Cámaras conjuntamente, podrán nombrar Comisiones de Investigación sobre cualquier asunto de interés público. Sus conclusiones no serán vinculantes para los Tribunales ni afectarán a las resoluciones judiciales». En esa misma línea se pueden crear en los Parlamentos Autonómicos y en los Ayuntamientos, si bien en estos últimos no es obligatorio comparecer.

Las Comisiones de Investigación, que deberían realizar un trabajo serio y riguroso, se han convertido en un espectáculo circense de muy baja calidad en el que los charlatanes y los trileros también tienen cabida. No se intenta conocer y analizar los hechos, se busca desgastar al adversario y sacar rédito político partidista o incluso personal, aunque algunos, con tantas poses e imposturas, parece que están haciendo méritos para un premio de interpretación.

En la Comunidad de Madrid, la Comisión de Investigación existente tiene «barra libre» sobre asuntos de lo más variado, sin que la oposición haya asumido la resolución judicial que anuló la Comisión del Ayuntamiento de Madrid, similar a esta. He comparecido en una de sus «pistas» para informar del denominado espionaje que se produjo en el año 2008, y comprobé que algunos diputados lo que querían era informarme a mí de sus teorías políticas, poco interesantes por cierto; pero habiéndose decretado la apertura de juicio oral en ese asunto, en el que los servicios jurídicos de la Comunidad y del Ayuntamiento han presentado escrito de acusación, sería más conveniente en estos momentos esperar a la sentencia de la Audiencia. En el caso del consistorio, aclaro, porque me lo han preguntado en varias ocasiones, que la decisión de presentar el escrito de acusación y el contenido del mismo, como es lógico y preceptivo, es de los responsables actuales del Ayuntamiento que han querido seguir como acusación particular por los presuntos delitos que se pudieron cometer en los seguimientos al que era en aquel momento Vicealcalde del Ayuntamiento de Madrid –Autoridad municipal a la que representan–, y sin que yo tenga ni deba tener, desde diciembre de 2011, ninguna capacidad de intervención en las decisiones que se adoptan en el Ayuntamiento sobre este procedimiento.

La Justicia anuló la Comisión de Investigación que se había creado en el Ayuntamiento de Madrid porque no tenía un objeto concreto; era, como ya se ha dicho, una causa general contra el PP y, además, se constituyó por los que ahora gobiernan para «investigar» hechos ocurridos durante varias legislaturas anteriores, pero no en la actual, algunos hace más de doce años. Han fragmentado la causa general de la Comisión para continuar con la misma política inquisitorial, y ahora le toca el turno a una de las actuaciones mejor valoradas por los madrileños, el soterramiento de la M-30 y la recuperación del río Manzanares. Las representaciones teatrales deberían hacerse en algunos espacios recuperados por esa espléndida obra, como Matadero, no en una Comisión de Investigación. Tanto disparate ha empezado a hartar a cargos importantes del Ayuntamiento.

En el Congreso de los Diputados se ha creado una Comisión de Investigación sobre la financiación del Partido Popular –asunto que ya se está viendo en los Tribunales–, y en la que quieren que comparezca Rajoy, y comparecerá. Algunos grupos preferían que «el espectáculo» de la comparecencia de Rajoy se hiciera en un Pleno, pero Antonio Hernando, portavoz del PSOE, despejó todas las dudas y contó hace unos días, en el programa Al Rojo Vivo, cuál es el verdadero objetivo que persiguen con la comparecencia y dónde se consigue mejor: «Por eso quiero traer a Mariano Rajoy, para pedirle explicaciones, y lo quiero hacer ante una Comisión de Investigación, que me parece un sitio mucho más HUMILLANTE que venir al Pleno...».

Lo humillante no es comparecer. Lo que es humillante es la irresponsabilidad de algunos partidos compitiendo por ser los más demagogos, que lleva a unos a anunciar la presentación de una moción de censura para seguir destrozando al PSOE, y a otros a maniobrar para que las Comisiones sean de Humillación.