Pedro Narváez. 1/11/2017
Ya solo le falta llorar como una mujer lo que no supo defender como un hombre para ser un romance de la Reconquista, una leyenda que verán los siglos como los chistes de Lepe, o de belgas, que pasan de generación en generación hasta la risa final. Empiezan a pensar en todas las cancillerías de Europa si el ex president necesita un juez o un psiquiatra. El hombre ridículo ha ido a dar fe de su espantada...