Valencia

Emoción de censura

La Razón
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Durante muchos años en España existió la censura, que suprimía o modificaba parte de una obra por razones políticas, morales, religiosas o cualquier otra. El 1 de diciembre de 1977 el Boletín Oficial del Estado publicó un decreto del gobierno de Adolfo Suárez suprimiendo definitivamente la censura. Sin duda fue emocionante acabar con las restricciones a la libertad de expresión y creación artística que se habían producido durante cuarenta años. Ahora también podremos ver creaciones artísticas, con variadas interpretaciones, en las mociones de censura.

La Constitución española establece en su artículo 113 que el Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política del Gobierno mediante la adopción por mayoría absoluta de la moción de censura, que habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno. De forma parecida se regula en las comunidades autónomas y en los ayuntamientos. Deben ser, por tanto, mociones de censura constructivas, en las que no se decide si permanece el presidente actual, se vota si se sustituye por el propuesto.

En los últimos días Podemos no ha presentado una moción de censura, ha presentado dos; una en el Congreso de los Diputados y otra en la Asamblea de Madrid. Ninguna de las dos tiene posibilidades de salir adelante, lo saben y no les importa, porque el objetivo es otro. Se trata, una vez más, de intentar perjudicar y arrebatar al PSOE la hegemonía de la izquierda. Los diputados socialistas, como la mayoría de la cámara, votarán en contra de que Pablo Iglesias pudiera presidir el Gobierno de España porque sería malo para los socialistas y peor para los españoles, que siguen mejorando su situación con el Gobierno de Mariano Rajoy. En Podemos no hablarán del enorme rechazo que van a tener; el discurso demagógico que harán es el que buscaban con la moción, el de la cercanía del PSOE y del PP, tan falsa como la que había entre Podemos y el Partido Popular cuando votaron lo mismo, no a Pedro Sánchez. En la Comunidad de Madrid ocurrirá algo parecido y Cristina Cifuentes seguirá siendo una buena presidenta.

No son tiempos fáciles en política, y tampoco lo van a ser para Pedro Sánchez, que ha vuelto a la Secretaría General de su partido y es posible que, como todos deberíamos hacer, haya aprendido de los errores y no tenga ninguna duda de que hay que ser responsables y estar con el Gobierno cuando el interés general de los españoles lo requiera; o quizá siga promocionando a Podemos como hizo en las elecciones municipales, apoyándoles para que consiguieran la Alcaldía en muchos de los ayuntamientos más importantes de España. Con ese impulso del PSOE, la formación morada consiguió ganar muchos votos en las siguientes elecciones generales a costa de los socialistas, que obtuvieron los peores resultados de su historia.

No va a haber grandes sorpresas, está casi todo contado: la bronca y la difamación de Podemos a Rajoy y las descalificaciones al PP como parte del espectáculo. Hasta los socios de Podemos critican que se haya presentado esta moción de censura tan teatral y con tan poco rigor, pidiendo que se retire. Es posible, además, que Compromís, socio de los socialistas en Valencia, pida la retirada porque prefieren no comprobar si el PSOE será tan «cariñoso» con Pablo Iglesias como lo fue él en la investidura de Pedro Sánchez.